Seré sincero desde la primera línea Tengo Algo Que Deciros me ha decepcionado y mucho. Y es que Tengo Algo Que Deciros llegaba a mi portátil tras haber arrasado en Italia y hacer cosechado críticas favorables en la Berlinale.

Pero nada más lejos de la realidad Tengo Algo Que Deciros es una falsa comedia con personajes acartonados incapaces de contar nada; los tópicos se suceden uno tras otros sin ningún tipo de tapujo, en ningún momento Tengo Algo Que Deciros nos aporta nada nuevo (ni en su forma ni en su fondo y mira que es un tema por explotar).

¿Y el flashback qué vive la abuela? ¿Alguien me lo puede explicar? Porque la realidad es que realmente no aporta nada; que sí, que ya sabemos que debemos luchar por lo que uno quiere por muy mal que le parezca a las personas que nos rodean, las cuales siempre nos querrán porque nos quieren ver felices… Tengo Algo Que Deciros busca ahondar en ese concepto pero simplemente consigue ponernos de mala leche porque nos trata como a seres incapaces de pensar por nosotros mismos hasta el punto que nos dice que debemos tomar nuestras propias decisiones ¡que ya lo sabemos!

En muchos foros hablan de esta cinta como una transición hacia la normalidad de la homosexualidad en las salas de cine, que si es la primera vez que sale un personaje gay que no sea una loca, que si… ¡paparruchas! Personajes gays sin pluma ni plumón ya habíamos visto en Shortbus y sí en Tengo Algo Que Deciros también salen locas, de hecho, son las que hacen los chistes porque el resto de la cinta no consigue que ni tan si quiera sonriamos.

Visten de Tengo Algo Que Deciros pero sin duda es lo más cercano a Barrio Sésamo que podemos encontrar en la actualidad. Y es que Tengo Algo Que Deciros me ha dejado algo dormido y no-sé-demasiado-bien-por-qué bastante cabreado quizás por los actores, quizás por los tópicos, por como cuenta la historia o quizás por ese toque de rancio costumbrismo o puede que todas ellas pero tras ver Tengo Algo Que Deciros tan solo puedo otorgar: