Vaya por delante que Avalon es una extraña película ya desde su producción ya que se trata de una producción polaco-japonesa. Una cinta que nos habla de mundos virtuales y de tristes futuros de deshumanización y despersonalización.

La verdad es que me ha resultado difícil escribir una crítica objetiva sobre Avalon ¿A qué se debe esto? Creo que Avalon es una película muy difícil de valorar porque por ejemplo su historia es realmente buena, está cuidada y trabajada, no deja nada al libre albedrio, todo lo que sucede tiene un por qué.

Es cierto también que Avalon no nos ofrece un ritmo trepidante como cabría esperar, todo lo contrario, sus secuencias son lentas e incluso alguna (como la de la ópera) demasiado extraña para el espectador occidental y larga.

Avalon deriva en todo momento hacia la animación y ello lo podemos apreciar desde las secuencias iniciales donde nuestra superheroína Ash corre por las trincheras mientras el fondo de la escena es plano y la luz da mucha más presencia al negro de sus ropajes. Y es que la cinta se convierte por momentos en una historia en 3D pero con personajes reales. Y es que se puede decir que en muchos momentos Avalon es un anime de carne y hueso.

¿Entonces Avalon es una gran película con pequeños defectos? Pues no, realmente no, cuando termina te quedas con esa sensación de “¿ya está?”, “¿esto es todo?” “¿dónde están los 800 millones de yenes?”… le falta ese gran final, ese punto en que la cinta cobra ese valor que la hace genial, interesante o simplemente buena… Avalon se diluye en los últimos momentos hasta echar por tierra el trabajo anterior, hasta el punto de que el anime da igual y piensas “la han cagado” y el sueño de Avalon, su mundo virtual, todo, se rompe y tan solo consigue: