Hay partidos en los que tienes suerte y tires como tires la pelota entrará por el aro, en otros en cambio sucede todo lo contrario: da igual la selección de tiro, ese día parece que el aro se mueve y la dichosa pelotita no quiere entrar.

Si al punto anterior le sumamos que el equipo rival practica un juego correcto y efectivo, que nuestra semana de entrenamiento ha sido mala o muy mala y que el tanteo de faltas al final del encuentro ha sido 31 faltas en contra y 11 a favor el resultado puede ser nuestro partido del sábado. Y es que está claro que no ha sido un encuentro brillante.

Comenzamos presionados por el resultado de la ida, impresionados, quizás un poco, por la forma física de nuestros rivales y nada metidos en el encuentro. Así, desde los primeros minutos experimentamos extrañas sensaciones, sensaciones que poco a poco se fueron convirtiendo en realidades hasta desembocar en un desastre total en el marcador.

Al cabo de los primeros 5 minutos del encuentro ya nos encontrábamos en bonus pero aun no habíamos recibido ninguna falta (y no fue así hasta los últimos 2 minutos del mismo); así que los visitantes aprovecharon esta circunstancia para atacarnos mediante penetraciones las cuales terminaban siempre en la línea de tiros libres. Descentrados terminamos el primer perdido, las cosas no salían ni en ataque y mucho menos en defensa. Al cabo de los primeros 10 minutos el marcador era de 10 a 14.

Comenzamos el segundo periodo intentando dejar atrás el primero pero ya luchábamos contra el marcador; primero fueron 4, luego 6, luego 8… y cada vez que nos lográbamos acercar un poco en el marcador de nuevo el castigo de los tiros libres. Totalmente descentrados nos encaminamos al descanso y lo que antes era una diferencia de 4 puntos ahora había crecido hasta los 10 (19 a 29).

Sirvió el descanso para calmar nuestra crispación, para tomar carrerilla y para salir de nuevo a la pista con ganas de hacerlo bien… a los tres minutos ya estábamos en bonus… ¡qué más da! Debimos pensar y bajamos los brazos; en ese momento la diferencia en el marcador se disparó, no había nada que hacer, por primera (y espero que última vez) desde que he llegado a este equipo dejamos de creer.

Por cierto, hemos de decir que en este cuarto los visitantes entraron por primera y única vez en el encuentro en bonus, aunque no tiramos un solo tiro libre.

Nos encaminamos al último periodo 16 puntos abajo, sin fe en nuestro juego, sin ganas de jugar; nuestro rival incidió en nuestra herida en forma de desidia y comenzó a jugar con rabia, anotando 5 triples en este periodo (no había anotado ninguno con anterioridad), jugando contra un muñeco de paja (nosotros) que se dejaba hacer. De nuevo en bonus antes de la mitad del periodo, más tiros libres, menos ganas de jugar… 43 a 74 al final.
Sin duda un desastre del que nosotros somos los únicos culpables (aunque es verdad que ayuda no nos ha faltado) pero también debemos tener clara una cosa: un tropezón, un error, un mal partido no debe enturbiar nuestra idea de baloncesto, sabemos lo que queremos y como llegar a ello pero a veces las cosas no salen; ahora solo queda trabajar más y más duro para llegar a la próxima jornada e intentar resarcirnos.

Parciales: (10-14), (9-15), (13-19), (11-26) [43-74]

Anotadores: Uriel (2 puntos y 5 faltas), Dani Beten (7 puntos y 1 falta), Pablo (2 puntos y 5 faltas), Aitor (5 puntos y 5 faltas), Miguel López (5 puntos y 2 faltas), Sergio Rodríguez (5 puntos y 5 faltas), Shadday (- puntos y 3 faltas), Luca (9 puntos y 4 faltas), Sergio León (4 puntos y 1 falta)