Tengo un amigo que tiene un blog y que le gusta comenzar y terminar sus entradas escribiendo lo mismo, hoy, como homenaje, tomaré su estilo para hablar de este último partido.

Ni antes éramos tan malos, ni ahora somos tan buenos.

Y es que llegábamos a este encuentro tras tres (dolorosas) derrotas, con un clima de desolación injusto; sí, hemos perdido tres partidos, tres partidos importantes ante tres equipos que ocupan la parte alta de la liga, hemos llegado con opciones al final de los tres encuentros, aunque por diversas circunstancias los tres han salido cruz. Eso no quita valor a nuestra temporada: un equipo de primer año, que ha ido de menos a más y ha competido en el 90% de los partidos de la temporada.

Tras tres semanas de cal, ahora tocaba la arena (suponiendo que la cal sea la mala y la arena la buena) ya que visitábamos la pista del último clasificado, quien aun no ha inaugurado su casillero de victorias. Y lo hacíamos con ganas de quitarnos ese mal fario de encima. Comenzamos como siempre, véase demasiado tensos y tardamos en anotar pero cuando abrimos la lata ya no tuvimos freno.

Terminaban los primeros 10 minutos con el partido ya roto (3 a 26) y con 30 minutos que no merece la pena reseñar. Ellos lo intentaron, no bajaron los brazos pero no pudieron, nosotros seguimos haciendo nuestro juego y ganando en confianza para afrontar el último partido de esta liga (el derbi frente al Júnior 93) con más seguridad en nosotros mismos.

El resultado final fue de 19 a 92 pero ¿sabéis? Ni antes éramos tan malos, ni ahora somos tan buenos.

Parciales: (3-26); (9-27); (2-25); (5-14) [19-92]

Anotadores: Uriel (3 puntos y 0 faltas), Dani Beten (9 puntos y 2 faltas), Jorge (15 puntos y 3 faltas), Pablo (13 puntos y 5 faltas), Aitor (2 puntos y 2 faltas), Sergio Rodríguez (13 puntos y 4 faltas), Shadday (24 puntos y 0 faltas), Luca (8 puntos y 2 faltas), Sergio León (5 puntos y 0 faltas)