Vacas es el primer largo del archiconocido Julio Medem y es que antes de Lucía y su sexo hubo vida, incluso vida en el rural. Y aunque Vacas pasó por la taquilla con más pena que gloria (y es que es lógico ya que se trata de una película española donde no se enseñan tetas) arrasó en cuanto a premios: Goya al Mejor Director Novel, Mejor Opera Prima en el Festival de Montreal, Gran Premio Cine Joven en Tokio… y un largo etcétera.

Pero tras tanto premio pasemos a la sala para ver Vacas, una cinta dividida en capítulos, que recorre distintas generaciones de dos familias enfrentadas al estilo Montesco y Capuleto pero sin poesía, aquí son vascos, aquí hay prosa, aizkolaris y como no: vacas… las vacas son, en este caso, vórtices de unión entre distintos mundos, épocas y sucesos; son como ese agujero gusano que nos permite viajar entre planos contiguos pero que en ningún momento se tocan…

Me ha sucedido una cosa “extraña” mientras veía esta película, he recordado mis clases de literatura española, aquellas que me daba un mal profesor y peor persona que casi muere de un infarto y que ahora ha dejado de fumar y ha poblado su barba y su cabeza de canas, he recordado aquel surrealismo mágico latino americano del que tanto le gustaba hablar para no decir nada. Aquí la naturaleza juega un papel primordial, un papel protagonista al que se le dota de sentimientos, sentimientos que no se nos muestran pero como espectadores intuimos.

¿Me ha gustado Vacas? Pues sinceramente: no; no he sabido llevar el ritmo de la cinta, no he sabido entender todas las habituales metáforas de Medem, no, Vacas no es mi película pero probablemente sí la de aquellos que el cine de Medem consigue erizarles la piel. Por ello he decidido otorgarle:


Aun así reconozco que Vacas tiene muchos puntos positivos: la ambientación, la fotografía, ciertas relaciones (la de Peru y su hermana o la del mismo Peru y su tío) pero repito, no le he cogido ni el punto ni el ritmo; no la puedo recomendar, es verdad, pero tampoco puedo denostarla ya que reconozco el esfuerzo y el gusto por los detalles de Medem.