Marwan, prolífico por estas tierras canarias en los últimos meses, llenó el pasado sábado el Búho Club, un espacio que se está convirtiendo en referente de la música en directo en La Laguna.

Pero, antes de comenzar con la crónica del concierto propiamente dicha, debemos ubicar a Marwan: madrileño de padre palestino, toma por primera vez una guitarra a los 15 años y, según cuenta su biografía, en su casa siempre sonaron cantautores de esos que podemos denominar clásicos (Silvio, Serrat…), por lo que creció escuchando ese estilo. Llegada la pubertad, Marwan entra en contacto con la generación de cantautores de los 90: Ismael Serrano, el canario Pedro Guerra, Carlos Chaouen… y es entonces cuando comienza a “tomarse en serio” esta faceta de su vida.

En este momento, alguno de vosotros se estará preguntando por qué entrecomillo lo de “tomarse en serio” pero la respuesta es simple. Habitualmente, pensamos que un cantautor es aquel que nos cuenta lo mal que está el mundo, que escribe versos musicalizados a su musa… pero Marwan no es tan solo eso, Marwan es un canalla que se esconde tras una guitarra, un artista capaz de mezclar los versos más dulces con las expresiones más caraduras. Capaz de conquistar a una chica con una oda al amor como Las Cosas que No Pude Responder y más tarde sacarle una gran sonrisa a sus amigotes mientras interpreta La Epidemia. Y es que Marwan no es un cantautor al uso.


Una vez puestos en situación, ya podéis suponer lo difícil que es hacer una crónica de un concierto de Marwan porque es como una montaña rusa de sentimientos que culmina en una gran sonrisa para los presentes.

Del concierto propiamente, podemos decir que Marwan tocó buena parte de las canciones que contendrá su próximo disco (el cual se presupone saldrá a principio de otoño) pero tampoco se olvidó de canciones más conocidas como Ángeles o Palabra por Palabra… que conste que este último comentario es realmente arriesgado, ya que los seguidores del cantautor no distinguen entre singles y otras canciones, para ellos cada tema es bonito e importante dentro del disco. Marwan no presenta grandes éxitos y caras B menos conocidas, cada una de sus canciones fue coreara y celebrada desde el principio hasta el fin.

Y es que como hemos dicho, Marwan no es un cantautor al uso, es mucho más que eso, es un estado de ánimo.