Cruzando el Límite

Cuando me senté ante Cruzando el Límite debo admitir que no esperaba nada de la cinta pero una vez comenzó el metraje la historia y las ac...


Cuando me senté ante Cruzando el Límite debo admitir que no esperaba nada de la cinta pero una vez comenzó el metraje la historia y las actuaciones me fueron llamando la atención… pérdida de valores, “internados”, disciplina (rozando incluso la violencia), vamos, una historias de Ni-Nis en toda regla… Cruzando el Límite se convertía en un interesante ejercicio.

Ayudados por una música a todo trapo entramos de ellos en la historia, llegamos a este Guantánamo particular… y todo, todo para desembocar en una caquita (sí, iba escribir Mierda y sí, con M mayúscula) de final, un final que mata totalmente a la cinta, a la historia y a las dos neuronas de los espectadores. Sí, siento ser tan duro pero después de más de una hora de torturas, yo, como espectador esperaba algo… y me da igual que fuese bueno o malo, simplemente quería algo más que un abrazo de redención de dos nimios seres en una sociedad al borde de la ruptura.

Y es que las propuestas de Xavi Giménez se quedan en nada; el guión de Pere Saballs i Nadal tan solo se dedica a abrir puertas pero nunca ata cabos tan solo se centra en una relación que se convierte en escasa y es que el director y el guionista pretenden que empaticemos con personajes para dejarnos más tarde tirados en busca del happy-end de Fran y su padre… al resto que le den, por ello el que da soy yo, y doy:

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