Nadie Sabe Nada de Gatos Persas (Kasi Az Gorbehaye Irani Khabar Nadareh)

Si estuviésemos en un concurso de belleza y nos preguntarán qué sabemos de Irán probablemente pondríamos cara de circunstancias y diríamos ...


Si estuviésemos en un concurso de belleza y nos preguntarán qué sabemos de Irán probablemente pondríamos cara de circunstancias y diríamos algo por el estilo a lo que contestó aquella buena mujer cuando le preguntaron por Rusia. Si ahora, mientras lees esta crítica te preguntase a ti que sabes de Iran probablemente comenzaría una conversación sobre política y religión que nos llevaría a una espiral sin fin.

Pero Nadie Sabe Nada de Gatos Persas nos presenta otro Irán o mejor dicho, una parte de Irán en la que nunca hemos pensado detenidamente. Nadie Sabe Nada de Gatos Persas nos habla de la música en un país claramente definido por su unión entre estado y religión, donde dos músicos y su representante buscan dar un concierto, grabar un disco y salir del país, tan solo eso o mejor dicho: toda esa odisea.

Pero la mayor virtud de Nadie Sabe Nada de Gatos Persas es que no nace como película si no como documental (cabe decir que el manager es el único personaje que no se interpreta a si mismo), esa era la idea inicial de su director: Bahman Ghodabi. Pero he ahí que llega un momento que lo que menos importa es la propias historia, todo cambia al enseñarnos el muestrario real de artistas que circulan por Teherán desde heavy metal en persa a rap en el mismo idioma, pasando por el blues o el indie-pop, rozando o entrando de lleno en la música folclórica. Nadie Sabe Nada de Gatos Persas se convierte en un gran videoclip musical-iraní.

Y quizás es eso lo que más nos echa para atrás de Nadie Sabe Nada de Gatos Persas, el exceso de actuaciones, de estilos y de imágenes aceleradas. Perdemos el hilo, saltamos de estilo en estilo sin saber que ocurrirá con nuestros protagonistas e incluso sin saber cómo tocan ellos.

Pero el gran final supone el gran patinazo de Ghobadi, de hecho es de las pocas cosas no reales de la historia (y no hablo de la irrupción de la policía en la fiesta si no de lo que ocurre desde su entrada); sí, se puede decir que es una señora cagada que emborrona un trabajo muy interesante. ¿Deja de ser Nadie Sabe Nada de Gatos Persas una cinta interesante por ello? Pues no, porque la meta es una parte más del camino y este camino ha sido interesante, por ello:

Aquí os puede interesar

0 seres inteligentes han dicho y tú, ¿a qué esperas?