Los partidos de baloncesto comienzan mucho antes de que el árbitro lance el balón al aire y comience el juego; toda la semana de entrenamientos forma parte del partido, entrenas y te preparas hasta que llega el gran día. El día de partido es raro, a muchos de nosotros nos gusta repetir ciertos rituales (más por costumbre que por creencia en el buena suerte) y el sábado no fue un día diferente: café pre-partido y revisión de la bandeja de entrada de correo electrónico… en ella encontraba ciertas respuesta a un comentario en un red social: amigos con los que compartí banquillo comentaban el final de los ciclos… y es que sí, el sábado fue el final de temporada para el Júnior 94 y probablemente el final de un ciclo.

Se baja el telón ante el Júnior 93 y no nos engañemos, desde el calentamiento el ambiente fue extraño. Extraño porque llegamos de una manera un tanto rota al final de temporada con muchas mentes (de jugadores de ambos bandos) puestas en la próxima temporada y sí: en dónde y con quien jugaré.

Nosotros encarábamos el partido como uno más pero sabiendo que ganar sería terminar la temporada de una manera digna (aunque todos éramos conscientes que aunque saliese cara el sabor sería agridulce). Ambos equipos comenzamos el encuentro respetando en exceso al rival: férreas defensas y ataques con miedo, poco a poco, comenzamos a sentirnos cómodos y tras un par de minutos guardando un riguroso 0 a 0 abrimos la lata. Y aunque nuestro perímetro no funcionaba en exceso logramos terminar por delante los primeros 10 minutos (13 a 6).

Pero el segundo periodo fue el definitivo, nuestros engranajes comenzaron a moverse y nuestros jugadores empezaron a demostrar de lo que son capaces: defensas duras y ataques rápidos se combinaron para romper el partido a mitad de cuarto. Pero las rotaciones… ¡ay las rotaciones! Nos llevaron a bajar nuestro nivel defensivo, momento que los chicos del 93 aprovecharon para acercarse en el marcador para llegar el descanso 41 a 22.

Muchos pensareis que el partido ya no tenía interés, ni gracia, ni sentido… y eso también lo pensó buena parte del Júnior 94 ya que los chicos de Peña lograban reducir la distancia a tan solo 10 puntos cuando llevábamos 7 minutos de la reanudación. Sí, tenemos que aprender que nunca se puede menospreciar a un rival por muy muerto que nos parezca que esté.

Pero a falta de 3 minutos para el final del tercer cuarto y tan solo con 5 puntos anotados en este periodo decidimos ponernos de nuevo el mono de trabajo y bregar. En estos últimos tres minutos los chicos del 93 no lograron anotar una sola canasta en juega mientras que nosotros lográbamos de nuevo controlar el partido. Al término de este periodo el marcador reflejaba un 53 a 37 que nos dejaba el partido al alcance de nuestra mano.

Y lo logramos, lo logramos jugando al baloncesto, al nuestro no al que mandan desde la televisión o la grada, lo logramos jugando a lo que entrenamos y a lo que diariamente practicamos. Si a esto le sumamos que los chicos del 93 poco a poco se fueron quedando sin rotaciones podemos decir que llegamos al final del partido de manera cómoda logrando en el último partido de la temporada nuestra decima victoria de la temporada.

Sí, hace unas semanas decía que aquel no era momento para la crítica pero ahora, con la temporada terminada ha llegado ese momento; tomémonos unos días de reflexión, comencemos por la autocrítica y terminemos por la crítica constructiva del grupo (críticas destructivas ya hemos tenido suficientes ¿no creéis?). Os puedo prometer que esta semana será muy baloncestística en el blog así que no perdáis ojo y ya sabéis: los comentarios son libres.

Parciales: (13-6); (28-16); (12-15), (20-12) [73-49]

Anotadores: Uriel (7 puntos y 3 faltas), Dani Beten (10 puntos y 2 faltas), Jorge (2 puntos y 2 faltas), Pablo (12 puntos y 4 faltas), Aitor (14 puntos y 5 faltas), Miguel López (- puntos y 2 faltas), Sergio Rodríguez (3 puntos y 4 faltas), Shadday (3 puntos y - faltas), Luca (11 puntos y 4 faltas), Miguel Penalba (3 puntos y 2 faltas), Sergio León (8 puntos y 5 faltas)