Vías Cruzadas es una de esas historias de amistad en la que no sucede nada, simplemente son personas (más o menos normales dependiendo de lo que se entienda por normalidad) que coinciden en un mismo sitio y en un mismo momento y en ese sitio, en ese momento surge una conexión especial dificil de identificar o de definir.

Y es que aunque Vías Cruzadas se vea con una sonrisa en la boca esconde mucho más, tiene ese aire de tragedía involuntaria, de tragedia cotidiana (prueba de ello es la escena del bar)... y es que la cotidianidad es una de las bazas de esta cinta; no nos venden superhéroes o historias donde el amor vence por encima de todas las casualidades, no, Vías Cruzadas nos cuenta una historia de verdad la misma que nos puede surgir a ti que me lees o a mí cualquier día sin previo aviso.

Pero The Station Agent tiene para mí un tropiezo, Fin (al que da vida Peter Dinklage) genera una compasión no necesaria para el desarrollo de la historia y eso lastra la historia (llegando en algún momento a acercarla terriblemente a la cursilada) y es que en ocasiones parece que se dirigue al espectador hacia los sentimientos que debe vivir y creo que esto es una cosa que debían tener claro los guionistas de este tipo de cintas, los espectadores estamos acostumbrados a ver cine y comenzamos a darnos cuenta de que se nos intenta diriguir creando así una malla que nos aisla y nos separa de la película quedandonos así a mitad de camino entre el personaje y el espectador casual.

Y es que anque me guste este tipo de cine parece que The Station Agent se puede estrellar en cualquier momento pero el problema es que despues de los 90 minutos aun no hemos empezado a caminar. Por ello Vías Cruzadas: