Si te digo que La Copa es butanesa, que habla de budismo, Tibet y futbol quizás pienses que te tomo el pelo pero no es así.

Evidentemente no La Copa no es una de esas grandes superproducciones o una de esas cintas que nos habla de monjes casi divinos, más bien todo lo contrario, La Copa intenta acercarnos la figura del monje a la de un ser humano que se emociona aunque sea con un partido de fútbol.

Sí La Copa tienes muchos peros: pausa lenta, historia frágil, ese aire tan oriental pero es innegable que se trata de una cinta simpática y que llega a conmover porque sobre todo no tiene extrañas pretensiones y es honesta con aquel que se sienta frente a ella. Sin más preámbulos considero oportuno otorgarle a La Copa:


¿Si es tan buena cinta por qué únicamente dos gatitos? Os lo explico: La Copa es una cinta, como ya he dicho, simpática pero le falta algo y es que en el fondo hemos de reconocer que por muy simpáticos que nos resulten los monjes budista a esta cinta le falta un algo de vida.