Hace mucho que no os enseño algo que haya diseñado o en lo que hay trabajo, puede ser por el exceso de baloncesto o puede ser porque no me ha gustado demasiado los proyectos en los que he trabajado últimamente; por lo menos hasta el lunes.

El lunes es posiblemente uno de los peores días de la semana pero el pasado lunes salió una cosa interesante. Un peluquero canino quería hacer unas tarjetas de visita y nos dijo “hacedla desde cero, confío en vuestro criterio”, habitualmente estos trabajos se los lleva mi compañera, más veterana en la empresa y socia de la misma, pero esta vez me tocó a mí.

He de decir que comencé falto de ritmo pero esto es como montar en bicicleta: nunca se olvida… el resultado ha sido este:

El cliente busca una nueva imagen corporativa, que lo aleje del pasado de su negocio (ha cogido un traspaso) y creo que mi idea es interesante y sobre todo llamativa. Un negocio peculiar con una imagen peculiar.

Ahora estamos a la espera del comentario del cliente, supongo que como siempre habrá que hacer cambio de última hora, espero que sean pocos… pero la idea de enseñárosla es la siguiente: ¿cuál es vuestra opinión? ¿qué variaríais? Venga animaros y hablad (o escribid en este caso).