Un Juego de Inteligencia (Free Rainer - Dein Fernseher Lügt)

A priori Un Juego de Inteligencia puede parecer una película más o menos interesante, divertida o entretenida pero tras un primer visionad...


A priori Un Juego de Inteligencia puede parecer una película más o menos interesante, divertida o entretenida pero tras un primer visionado nos damos cuenta que es mucho más que eso ya que Un Juego de Inteligencia narra cómo los medios de comunicación masiva (denominados mass-media) pueden llegar a influir en el individuo.

Y es que Un Juego de Inteligencia es una cinta complicada de explicar pero intentémoslo… cinematográficamente Un Juego de Inteligencia es una cinta previsible y descuidada ¿Por qué previsible? Porque si actuamos como espectadores inteligentes y viendo la deriva que toma la cinta (como vemos evoluciona de drama a… bueno, a algo que no es un drama) pronto sabremos el final. Entonces ¿Por qué descuidada? Por lo poca solidez del guión, que busca hacernos pensar sobre el suceso antes de plantearse su propia credibilidad.

Los actores cumplen sin más; la mayoría de ellos presenta personajes planos a los que apenas aportan algo y los que sí aportan están excesivamente estereotipados y cargados de clichés.

Hasta aquí la parte cinematográfica de Un Juego de Inteligencia ahora hablemos de televisión.

Todos estamos de acuerdo que la televisión actual es un asco, que se ha convertido en el circo de la época romana donde vemos a personajes consumir su vida huyendo de leones que más pronto que tarde los alcanzaran poniendo fin a su huida.

Pues por lo visto esto también preocupa a Hans Weingartner, director de Un Juego de Inteligencia, quien ve el cine como una herramienta para remover la conciencia del espectador. Y esto es lo que intenta con Un Juego de Inteligencia, donde asocia, quizás no demasiado exageradamente, la televisión a los totalitarismos. Una cinta en la que asocia esos programas bochornosos a la basura que intenta atontar al individuo para dejarlo en un estado latente siendo así mucho más fácil de gobernar.

El problema de Un Juego de Inteligencia es que nos hace pasear por un camino un tanto peculiar… en su afán de cambio, de derrochar esa televisiva dictadura convertimos nuestros receptores en una oligarquía, vamos, en vez de ser el yo quien decide es el nosotros pero es que en ese “nosotros” tú no tienes por qué estar incluido… sí, la idea inicial es buena, la idea de derrocar a los mass-media no es buena, es cojonuda pero lo que no podemos hacer es convertirnos en ellos.

Siendo benévolos por la intención y teniendo en cuenta la no consecución de los objetivos he decido otorgarle a Un Juego de Inteligencia:

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