Sí, acabo de terminar con Bailo por Dentro una cinta que Alury se negó a ver porque pensaba que lloraría… y sí, lo hubiese hecho y sí: hubiese llorado mucho. Y es Bailo por Dentro trata un tema ya de por sí complicado: la situación social de enfermos con parálisis cerebrales o enfermedades degenerativas que necesitan de una atención constante.

Y sí Bailo por Dentro es un historia sencilla que trata de enternecer desde el segundo uno, no lo oculta, entre las risas busca la lagrimilla fácil o quizás no tanto; y es que Bailo por Dentro parece una película sincera y es que ese aire de crudeza nos acerca a la realidad. Realidad sin caer en la sensiblonería, aquí las cosas son como en la vida, algunas divertidas y otras una autentica putada, no hay más.

Pero Bailo por Dentro no es solo llorar y llorar; el guión está cargado de situaciones hilarantes y diálogos realmente cómicos que nos hacen sonreír e incluso soltar una carcajada en momentos puntuales. Y es que el sarcasmo y la mala leche se dan muchas veces la mano en esta cinta.

¿Qué decir de las interpretaciones? Simplemente que nos da la sensación de ver a dos personas discapacitadas en la pantalla, personas dependientes que en la vida real son autónomos por lo tanto nos debemos quitar el sombrero ante James McAvoy (quien en Crónicas de Narnia da vida al fauno) y Steven Robertson quienes bordan sus papeles.

Tras mucho meditar he decidido que Bailo por Dentro:


Recomendaría esta cinta a aquellos que se sienten desgraciados en la vida y que venden esa imagen de perrillo perdido: a veces la vida es más jodida que la tuya y se puede encarar de una manera mejor de lo que tú lo haces, Bailo por Dentro puede ser un buen ejemplo.