Me senté ante Stranded sin ningún tipo de pretensión pero a medida que el metraje avanzaba comencé a recordar Moon, fabulosa película que supuso el debut de Duncan Jones, y sin lugar a ninguna duda cometí un grave error: depositar esperanzas en una cinta que a priori no contaba con ellas.

Y es que Stranded comienza realmente bien: diálogos trabajados, profundos, una imagen de “realidad” espacial para poco a poco ir simplificándose y pasando de Moon a Expediente X, bueno no, quizás está última estaba más trabajada que nuestra Stranded… sí, Stranded es como un globo o la cabina del módulo espacial: poco a poco va perdiendo presión hasta quedarse en un globo de feria deshinchado.

Si a esto sumamos que los personajes son totalmente planos Stranded y no es por nada pero ninguno de ellos (y mucho menos Pepe Sancho) tiene imagen de astronauta. Los escenarios… hombre, sé que recrear Marte es complicado pero señores, ocultemos un poco que es Lanzarote porque tan solo ha faltado una valla con publicidad de la isla o Paulino Rivero haciendo un cameo (aunque para hacer lo de Pepe Sancho bien valía el hombrecillo de El Sauzal).

Como su propio nombre indica Stranded (Naufragos): naufraga; naufragó en la cartelera, naufragó en las críticas de expertos cinéfilos y naufraga en la crítica de este cinéfago (¿a qué está chulo la nueva palabra?) por ello, he decidido dotar a Stranded con: