Al terminar de ver Seres Queridos me quede dubitativo ¿acabo de ver una película de verdad o una parodia? ¿qué es esto?... Miré a Alury y ella más contundente asestó: “vaya mierda” (cómo podéis comprobar una crítica constructiva)…

Seres Queridos nos cuenta la historia de Leni y Rafi, ella israelí, él palestino y ambos enamorados, son los Romeo y Julieta del siglo XX (y del XXI y tal como va el conflicto por aquellas del tierras del XXII, del XXIII…). Hoy es la gran noche, la noche en la que Rafi conocerá a la familia de Leni y que esta descubrirá que él es palestino.

Como veis la idea es realmente buena ¿entonces porque Alury ha dicho que es una mierda? Pues porque el cine no son tan solo ideas, además hemos de tener un guión, una fotografía, una escenografía… y Seres Queridos naufraga en alguno de estos aspectos.

El guión es realmente cómico, incluso excesivamente cómico, tan tan cómico que deja de hacer gracia y es que el espectador no tiene un minuto de respiro, los gags se suceden a tal velocidad que nunca sabremos lo que es verdad y lo que no… hace que la película se aleje, no parece creíble y el mensaje antisemita de la misma se diluye entre la excesiva búsqueda de la carcajada.

La ambientación es entre horrible y nefasta: estamos en Israel, pero las ambulancias son españolas, allí al fondo una cabina de Telefónica… ¿pero qué invento es este?, que diría Sara Montiel. Seguimos tomándonos la película como una parodia…

Las actuaciones están correctas, sin más, Seres Queridos es extraña: mezcla el exceso con la casposidad y nunca divierte de verdad aunque sus actuaciones sean aceptables, por ello: