Encuentros en Nueva York está bien escrita, bien diriguida y bien interpretada pero… le falta algo, siendo una comedia se convierte en monótona y aburrida, siendo un drama no convence a nadie; probablemente el problema de Encuentros en Nueva York es que intenta agradar a todos y se queda en tierra de nadie.

Es como si intentásemos emular a Woody Allen: diálogos inteligentes, calles de NY, personajes que son mucho más de lo que parecen… pero falta exactamente eso: la marca Allen; Encuentros en Nueva York se queda en un buen intento pero en nada más que eso: un intento.

La verdad es que Encuentros en Nueva York no defrauda pero tampoco emociona, produce indiferencia (¿cómo es posible que Amanda Peet produzca indiferencia me pregunto yo?) tanta indiferencia que ni ganas de escribir esta crítica he tenido, tanta indiferencia que se merece:


Probablemente Encuentros en Nueva York sea incluso indiferente para nuestros adorables gatitos, a los que le ha dado igual ver esta cinta que jugar con su ovillo de lana.