En 1981 Desmond Davis presentaba Furia de Titanes una adaptación libre del mito de Perseo; 20 años más tarde Louis Leterrier hacía un remake de la misma y alzaba dos premios Razzie (el de 3D más dañino para los ojos y el de peor remake) y ahora llega el momento de darle “Gatitos Sonrientes” a este blockbuester palomitero.

Como supondréis desde el segundo cero ya no tenía fe en Furia de Titanes, de hecho tan solo bajamos esta cinta para ver las secuencias rodadas en el Teide y para tener más o menos claro si merecía la pena ir a las pruebas para extras de la segunda parte que se está grabando por aquí cerca. Ir sin expectativas me ha resultado tremendamente útil para no desilusionarme ya que Furia de Titanes no es más que una de esas cintas de bofetón por aquí, bofetón por allí, mucho músculo y niños comiendo palomitas y comentando las mejores jugadas a tu alrededor.

Lo que me hace realmente gracia es eso de “una adaptación libre”, a ver, que yo me entere: vas a coger los nombres, vas a ambientar la época y el lugar pero vas a hacer con ellos lo que te da la gana… hombre, aceptamos pulpo como animal de compañía y esto como adaptación. Una vez dicho esto entenderéis que Furia de Titanes tiene de mitología griega lo que yo de… (os dejo completar la frase a vuestro libre antojo).

Después está lo del tema de 3D… pues chico, tampoco es tan desastroso; hombre supongo que para quien pagó 9 euros para verla en el cine supongo que sí pero vamos, que al verla en el portátil daño tampoco ha hecho. Y hablando de hacer daño, lo que sí hacen daño son las armaduras de los dioses las cuales son más dignas de los Caballeros del Zodiaco que de un dios griego pero bueno, ya sabemos, aquí el caso es vender la credibilidad o veracidad es un asunto menor…

He pensando muy mucho con cuantos gatitos obsequiarla y al final he decidido que para Furia de Titanes, por la sonrisa tan sonrojante que me despertó la escena de la entrada a la caverna de Medusa:


pd.: ¿Alguien me puede explicar por qué Zeus le regala una espada laser a Perseo? o ¿por qué los brujos se parecen tanto a los moradores de las arenas de Star Wars? Raro, raro, raro...