La Lista parte de una propuesta sencilla: en las altas esferas no hay tiempo pasa los sentimientos pero todos tenemos unas necesidad que debemos satisfacer. Con dinero, un móvil y sin preguntas todo comienza en los hoteles más lujosos de cada ciudad.

La verdad es que el planteamiento de La Lista es interesante... podríamos encontrarnos ante un nuevo Eyes Wide Shut (evidentemente hablo de planteamientos nunca de estilos tras la cámara) pero aquí es donde encontramos el mayor problema de la cinta, un problema que tira por suelo toda pretensión inicial y convierte a esta cinta en una cinta mediocre que solo sirve para pasar un rato (por momentos) entretenido. Y es que La Lista apuesta por la mezcla de géneros: abraza con pasión el thriller, para más tarde saltar a una cinta de estafadores y terminar siendo una historia de amor... como decía mi madre: "quien mucho abarca poco aprieta" y La Lista abarca demasiado.

Además la interpretaciones son demasiado artificiales; el papel principal lo lleva Ewa McGregor, quien da vida a un perdedor que se convierte en ganador por un golpe de suerte pero no, no nos lo creemos, ya no por el guión si no porque no McGregor tampoco se lo cree y aparece en escena transmitiendo "me han dicho que diga esto, lo estoy diciendo ¿dónde está mi cheque?"... la réplica es cosa de Hugh Jackman quien de pasa media película al otro lado del teléfono pero de todas formas está mucho mejor que su compañero por lo menos transmite ese carisma ganador y misterioso del que carece en todo momento McGregor.

La Lista tiene además otro contra, llega un momento en que el espectador se adelante a los malos y a los buenos y se da cuenta que La Lista no es más que eso: un pastiche pretencioso que intenta emular al cine clásico con sus giros pero que no engaña a nadie.

La Lista va de más a menos hasta quedarse en nada, lo que podía haber sido una gran película (por su planteamiento inicial) se convierte en una cinta de sobremesa quizás en ciertos momentos un tanto subida de tono... pero en nada más interesante, tan, tan poco interesante que he decidido: