Los Renglones Torcidos de Dios había escuchado ese título mil veces y otras tantas lo esquivé; de manera automatizada me apartaba de ese libro hasta que un buen día me quedé sin ninguno en mi estantería y decidí preguntar a Mery si me podía dejar alguno, al rato apareció en la cocina con este libro y sinceramente no tuve valor para decir “no”, tras muchos años persiguiéndome Los Renglones Torcidos de Dios me alcanza y la lectura comenzaba.

Sin mucho interés comencé mi lectura entre estación y estación y esta poco a poco comenzó a cautivarme, ya no tanto por la psicología de Alice (la protagonista de estas casi 500 páginas) si no por los “defectos” de aquellos que habitan el manicomio, quizás porque siempre me han llamado la atención las historias de personas extrañas llamadas locas por algunos pero que tan solo viven en su mundo diferente al socialmente aceptado.

Pero Los Renglones Torcidos de Dios va mucho más allá de tarados y locos, Los Renglones Torcidos de Dios nos habla de asesinatos, herencias y amor… y es que la vida de Alice es de todo menos aburrida, tan culta, tan divina, tan Lomana… tan, tan que al final acaba cayendo gorda y que en las últimas 15 páginas quieres mandar a freir churros, quieres que la encierren y tiren la llave a un pozo sin fondo pero no por loca si no por prepotente. Y probablemente esto no sea culpa de la propia señora Almenara si no del ex director del ABC Torcuato (telita para el nombre, mi niño!) Luca de Tena.

Como ya he dicho, sin duda lo mejor de Los Renglones Torcidos de Dios es el reparto coral: médicos, enfermos, suicidas, policías retirados, sociópatas… llega a un momento en el que conectamos con alguno, nos importa mucho más que la propia trama central, queremos saber si su final será feliz o si en cambio terminara ahorcado en las duchas. Y es que viviremos escenas de cariño, de lucha por ideales pero sobre todo de repulsión al mirar la demencia humana. Y es que en Los Renglones Torcidos de Dios Luca de Tena buscaba tocarle la fibra al lector e incluso a veces lo consigue.


Pero la historia principal, la de la pobre y desvalida Alice pues… me ha dejado entre frío y aburrido… tanta bondad, tanta sabiduría, tanto de todo han conseguido que rechace a esa pobre mujer y que incluso acabe apoyando a su marido quien tras aguantar y aguantar ha tenido que tomar una decisión.

Como conclusión he de decir que Los Renglones Torcidos de Dios no se trata de la novela más interesante y divertida (léase entretenida) que he leído, de hecho, por momentos me ha aburrido pero sí he de reconocer que tiene algunos puntos que me han resultado atractivos e interesante. ¿Merecen estos puntos aguantar las casi 500 páginas? Uf, esa es una respuesta demasiado personal, en mi caso, aunque las he aguantado las he considerado un exceso. Los Renglones Torcidos de Dios, como su personaje, cae en su propio reflejo y egolatría hasta desinflarse totalmente.