En cientos de ocasiones nos encontramos películas sobre equipos (sean del deporte que sean) que se unen por cualquier factor y que consiguen la victoria; Gigantes Hacia La Victoria podría ser uno de estos casos pero esta cinta (o folleto propagandístico) tiene algo de singular.

Y aunque hay un entrenador que une a un grupo roto eso no es lo importante, y aunque hay un fichaje que se infravalora eso no es lo importante, y aunque hay una conspiración para cargarse al entrenador eso no es lo importante... lo importante en esta cinta es ¡¡¡¡dios!!! Sí, tal y como leéis: "si ganamos alabaremos a dios, si perdemos alabaremos a dios" esa podría ser la frase resumen (que escuchamos mil veces durante la hora y media de metraje) de esta cinta. Y es que dios hace ganar o perder, dios puede conseguir que un nombre no fértil tenga hijos, dios puede conseguir que un hombre se levante de una silla de ruedas... y no, no pongo ejemplos, si no que enumero situaciones que se dan en esta cinta... increíble pero cierto, sí, se puede hacer una cinta así.

Puedo entender que el cine intente transmitir valores a una sociedad en la mayoría de los casos carente de ellos pero lo que es inadmisible es un adoctrinamiento tan sumamente descarado ¡incluso el entrenador lee la biblia ante sus jugadores! En ciertos momentos me imaginaba entrando al vestuario de mis jugadores y leyéndoles la biblia... la verdad, una escena dantesca.

Además Gigantes Hacia La Victoria representa escenas vistas una y mil veces pero esta vez con la ayuda de dios... si dios existiera hubiese quemado todas las copias de este bodrio "espiritual". Gigantes Hacia La Victoria es una película solo acta para devotos y beatos y por ello: