Principios de los 90, Madrid pasa de “La Movida” y es que las drogas han hecho mucho daño, el desencanto se palpa en el aire, una crisis asola la economía… Loriga publica su primera novela Lo Peor de Todo y de ella toca hablar hoy.
Loriga se sentó ante su máquina de escribir y escribió " Lo peor de todo no son las horas perdidas, ni el tiempo por detrás y por delante, lo peor son esos crucifijos hechos con pinzas de la ropa..." desde ese momento entramos en la vida (pasada y presente) de un chaval que se enfrenta a un mundo que le resulta hostil y que realmente no le aporta nada, todo lo contrario, un mundo que roba toda su ilusión y sus ganas de vivir. Y es que Loriga nos presenta un mundo totalmente (auto)destructivo.
Y es que tras La Pistola de Mi Hermano este es mi segundo acercamiento al mundo de Loriga (esta vez con una novela corta) un mundo cargado de verdades incomodas contadas en formas de anécdotas y flashback que nos llevan al colegio, al jardín de infancia o a la casa de verano de este joven.
Y es que como ya hemos dicho este hombre nos cuenta su mundo, el mundo que le ha tocado vivir pero un mundo con el que no interacciona que tan solo pasa ante sus ojos y con el que puntualmente tropieza.
Lo Peor de Todo me acompañó durante una semana en el tranvía generando en mí diversas opiniones: comencé ilusionado (de hecho muy ilusionado) pero poco a poco esa ilusión decayó y es que quizás el desconocimiento hacia el estilo de Loriga me fue alejando poco a poco del libro hasta que… hasta que en algún momento el puzle encajó y todo tuvo sentido. De hecho considero que Lo Peor de Todo tiene pasajes realmente increíbles y se trata de un libro nada convencional.
Y es que parece que Lo Peor de Todo parece un libro muy simple, que no cuenta nada, que tan solo dice tonterías pero resulta ser todo lo contrario y es que en conjunto habla de una vida, concretamente de una adolescencia, que cualquiera de nosotros, o de las personas con las que nos cruzamos por la calle, ha podido llevar. Sí, Lo Peor de Todo es un libro totalmente recomendable aunque reconozco y aviso: hagamos el esfuerzo de superar las 25 primeras páginas.
Por cierto, el final de Lo Peor de Todo es toda una genialidad.
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