El Régimen del Unión Baloncesto Laguna

Como la mayoría de vosotros sabéis, hace algo más de un año decidí cambiar de aires y terminé por Canarias entrenado a varios equipos, uno d...

Como la mayoría de vosotros sabéis, hace algo más de un año decidí cambiar de aires y terminé por Canarias entrenado a varios equipos, uno de ellos pertenecía a la disciplina del Unión Baloncesto Laguna.

Llegué a él gracias a un gran entrenador como Ale Encinoso, que ahora está por tierras granadinas, para echarle una mano (de manera no remunerada) en el junior que dirigía por aquel entonces. Un junior de primer año que estaba en la cuerda floja, o mejor dicho, su entrenador estaba en la cuerda floja ya que los resultados no acompañaban y, lo que era peor, “la actitud del entrenador no era la correcta” (esto para el club). Poco a poco los resultados fueron cambiando y la paz entre cuerpo técnico y entrenador “llegó”.


Dicho equipo terminó bastante bien la temporada, menos en un detalle puntual: un jugador y su padre exigieron más minutos. De este suceso surgió una reunión que sentó alrededor de la mesa a Moisés Mora (como presidente), a Alejandro Encinoso y a mí en la que se nos pidió que dicho jugador disputase más minutos, cosa que el primer entrenador, ni yo como ayudante, admitimos generando un conflicto en el equipo que terminó con la marcha de cuatro de los mejores jugadores al final de la pasada temporada.

Sucedido esto, me vi fuera del club. Cuál fue mi sorpresa cuando el presidente (máximo órgano directivo) se puso en contacto conmigo en el mes de mayo para ofrecerme un proyecto. En un principio pensé que se trataría de seguir el trabajo iniciado en el equipo junior pero no, se me ofreció otro proyecto más ambicioso: un equipo sub22 que disputase 2ª Autonómica, un proyecto atractivo que sin duda acepté (que conste que me molestó que no se me ofreciese el equipo junior).

Comenzamos a trabajar (repito: de manera no remunerada) en mayo, comenzamos los entrenamientos, las cribas, los descartes… y es que me tocó “descartar” a propios y a extraños. Extraños eran aquellos que venían a probar, a buscar sitio donde jugar, a… y propios a todos aquellos juniors de último año que se convertían en sénior, porque sí, la filosofía del club dice cosas muy bonitas pero a la hora de la verdad aquí juegan los mejores (o los que por diferentes motivos interesa tener de mano) y el resto coge puerta, dejando claro así que cierta clase de jugadores tan solo es interesante mientras paga la cuota mensual y no genera demasiado trabajo. Sí, el Unión Baloncesto Laguna es una caja registradora donde los términos “cantera” y “formación” están supeditados a los ingresos (o a los beneficios económicos que generen para el club, léase “para Moisés Alberto Mora Perera y sus intereses”).

Terminamos los entrenamientos en julio emplazándonos hasta septiembre. Llegado septiembre, llegó el fichaje estelar del club: Heriberto Fernández ¿Un jugador con una trayectoria envidiable? No ¿Un superclase que daría un salto cualitativo a un equipo? Pues tampoco. Heriberto Fernández es entrenador nacional (detalle con el que el señor Mora nos ha atormentado hasta la saciedad) y llegó al club cargado de buenas intenciones, proyectos y ganas… Heriberto pronto se erigió como adjunto a la coordinación deportiva, además de ser el entrenador del equipo junior.

Mañana continuamos que aún queda mucha tela por cortar…

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