No os voy a engañar, cuando Alury me dijo que aquella noche veríamos Beginners me llevé una grata sorpresa y es que es imposible acercarse a Beginners sin conocer las grandes críticas que ha cosechado Christopher Plummer al dar vida a un viudo gay, así que cargado de ilusión le dí al play.

Sin duda lo mejor de Beginners es el triplete de actores que pone en juego McGregor - Laurent - Plummer, donde Plummer, eso sí, como atesoran las críticas, destaca en el juego colectivo. Los tres dotan de vida a personajes creíbles y cercanos, expresiones que estamos acostumbrados a ver en nuestros amigos, en la calle, en el bar... y es que nos creemos a

Dicho esto llega la cruda realidad: sí Beginners se viste de película intimista, de jugar con doble cara: por lado es comedia pero siempre existe el otro lado, un lado melancólico en el que un hijo añora a un padre, un padre que en su senectud comenzaba a vivir. Si bien el guión es bueno quizás la manera de contárnoslo flojea un poco (o un mucho) y es que Mike Mills deslavaza la película para buscar la visualización de los dos lados de marera continua pero lo único que consigue en aburrirnos entre presente y pasado. En ningún momento busqué en Beginners una cinta universal que pasase a la analogía del séptimo arte pero sí algo que me tocase fuerte.

Mike Mills se inspira en relación con su padre para dar a luz el guión de Beginners y eso se nota ya que los mejores momentos de la cinta son las conversaciones (o los silencios) que se producen entre padre e hijo. Aquí McGregor rompe con su trayectoria descendente y demuestra que puede transmitir con tan solo una mirada.

Y es que aunque no consiga más de tres gatitos os diré que Beginners es una gran película, probablemente de lo mejor que podemos ver en la gran pantalla en estos momento (y no, no he visto El Invitado aun) quizás suceda que yo esperaba una comedia de un perro que unía a padre e hijo y no lo he encontrado. Como ya he dicho, para Beginners: