Hace unos días ponía fin a la última novela que me ha acompañado en mis viajes en tranvía esta última temporada, se trata de La Tumba de Colón escrito por Miguel Ruiz Montañez.
La Tumba de Colón es una novela con trasfondo histórico que indagan en la vida de Cristóbal Colón, un personaje cuya vida transcurrió rodeada de miles de enigmas que nunca han sido resueltos. Partiendo de este punto Miguel Ruiz Montañez nos traslada a Santo Domingo tras el robo de los restos de la tumba de Colón, comienza entonces esta novela “policiaca” donde historia, malos y buenos e incluso el amor transcurre por sus páginas.
Ruiz Montañez nos regala (bueno, a mí me la presta Alury) una obra fácil de leer con personajes bien definidos pero de nula o poca profundidad: lo que vemos a primera vista es lo que hay, de hecho, es posible que hacia el final la obra tropiece para conseguir atar cabos que sinceramente, como lector, poco me han importado (hablo de la relación entre los investigadores).
Veo La Tumba de Colón como una novela que sigue (y se aprovecha) del espíritu de El Código Da Vinci, una mezcla de historia y fantasía que no lleva por multitud de parajes donde la realidad y la ficción se afanan en darse la mano ¿Qué novedad aporta? Pues la verdad es que ninguna: es más de lo mismo, cambiamos a Da Vinci por Colón y al ataque… dicho esto es cierto que La Tumba de Colón no aburre y se lee con facilidad y eso es un punto a su favor ya que dudo que alguien en su sano juicio pretenda leer por ejemplo El Manifiesto Comunista en sus viajes en tranvía.
Entretenida pero tan fácil de olvidar como de leer.
0 seres inteligentes han dicho y tú, ¿a qué esperas?