Conociendo a David Moya

De biennacidos es ser agradecidos, dice mi abuelo. Supongo que por veteranía él sabe mucho más de la vida que yo, así que tomando su ejemplo...

De biennacidos es ser agradecidos, dice mi abuelo. Supongo que por veteranía él sabe mucho más de la vida que yo, así que tomando su ejemplo comenzaré agradeciéndole a Jesús Navas, poeta y periodista y viceversa, que me invitase a asistir al concierto de David Moya.

Y es que está claro que el concierto de David es uno de esos a los que vas porque alguien te dice “merece la pena”, ya que es evidente que en el mundo de los cantautores la publicidad brilla por su ausencia (sí amigos, no todo son superfestivales con artistas de la pasada época) y aquí, en este pequeño circuito, lo que funciona es el boca a oreja.


A la hora acordada nos encontramos Jesús, David y el que aquí escribe, saludos de rigor y preguntas típicas/tópicas, que si me han dejado la guitarra (y es que la crisis obliga a estos modernos juglares a viajar con lo puesto), que si hacemos rápido la prueba de sonido y comenzamos… David se sienta y afina mientras yo reviso los últimos correos en el móvil. Comienza la prueba de sonido y el móvil ya no me importa, David ha conseguido que pase a un segundo plano y es que este chico es muy bueno. ¿Será simplemente esta canción o habrá más? No lo sé, pero me cubro las espaldas y envío un par de mensajes dando las señas del evento… lo que comenzó siendo un concierto de un-amigo-de-un-amigo empieza a ser algo bastante más interesante.


Ajustes de última hora y comienza el show con un par o tres de mesas ocupadas, suenan los primeros acordes, las primeras canciones y cuando miro de nuevo a la platea ya son cinco las mesas ocupadas. Y es que la gente entra para quedarse… ¿qué les da David Moya para retenerlos? Pues para comenzar una buena dosis de canciones que invitan a olvidar los problemas del día a día, las discusiones de oficina, los conflictos de pareja… por que sí, David Moya es cantautor pero no uno de esos cantautores que se arrastra por el amor perdido, no, David habla de parejas que surgen o se distancian pero no como aquel que idolatra al amor si no como un amigo que te cuenta esa historia de la que nadie, y todos, somos protagonistas. No, David Moya no es Silvio Rodríguez y lo que es mejor: no lo quiere ser. David Moya está mucho más cerca de “Personal” de Quique González o de los “Dos Días” de Lucas Masciano que del “Unicornio Azul” del sempiterno Silvio.


Pasan las canciones e incluso encontramos tiempo para un par de poemas, todo entre historias y sonrisas. Termina y David, ya entre el público, pide correos por si vuelve, por si a ti (o a mí) nos apetece volver a encontrarnos con él en otro concierto… Sobre volver a encontrarnos con David solo añadiré que a mi lado ahora duerme una chica que antes de darme las buenas noches leía poemas escritos por un murciano al que conocimos esta noche.

Artículos escrito para el portal musical Muscana
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