Saltemos de categoría y de club. Volvamos al Canarias, club inmerso en campaña para convertirse en ACB, como os comenté en Navidad Javi Acosta no mintió: somos malos, asumámoslo y ahora que lo sabemos, trabajemos para ser menos malos.

No hay festivos, no hay días libres, no hay… cada partido es una lucha pero en cada batalla no luchamos igual y eso duele. Somos un equipo capaz de plantar cara al segundo clasificado, hacerlo trabajar y sudar, conseguimos que jugar contra nosotros sea un suplicio: defendemos, luchamos, atacamos, trabajamos… pero en el partido siguiente no hacemos nada. Somos como un enfermo mental maniaco-depresivo: en ocasiones (las menos) somos un equipo de un nivel medio-alto que nos da igual que nos juguemos o el rival pero la mayoría de las ocasiones somos un equipo blando que sirve como sparring para cualquier conjunto de la categoría.

Entramos en la final a 8 en el último partido, luchando hasta el último minuto y jugando el mejor partido de la temporada pero en la fase final fuimos el equipo de septiembre. Nada funcionó, en ningún momento competimos, no nos tiramos a por ningún balón, fuimos un equipo mediocre (me quedo corto) y desnortado… ¿dónde reside el problema? Evidentemente en la motivación y confianza de los jugadores, esto no quiere decir que la culpa sea de los mismos, si no nuestra, del cuerpo técnico por no saber llegarle a los mismos y convencerlos de que cada partido es una final, que cada balón es el último, que… (¿os suena?)

Quedan por delante un par de semanas de entrenamientos de post-temporada, tecnificación y trabajo de cara al próximo año. Me gustaría hablar de los entrenamiento de técnificación post-temporada, considero que han sido un gran acierto por parte del club y esto ya se lo he dicho a los responsables pero considero, que como digo las cosas malas, también es justo hacer reconocimientos públicos de las buenas acciones. Considero que además de formar jugadores, se crea dentro entre los mismo un sentimiento de pertenencía al mismo, vamos, que une, que hace piña ¡que hay que hacerlo más veces! (Incluso con jugadores de la primera plantilla si fuese posible).

Comencé la temporada en tres clubes y en tres la terminé. A finales de diciembre Javi Acosta me invitó a vivir la experiencia de trabajar en un 2ª Autonómica ya que su ayudante hasta aquel momento abandonaba el equipo. Sin duda formar parte del Ópticas Debor Drema ha sido una experiencia de lo más enriquecedora.

Ha habido mucho trabajo (según algunas y si pensáis en Alury habéis acertado: demasiado) para quedarnos a la puertas de nuestra tan ansiada Final a Cuatro. Sucedió, como bien os conté, en el último partido de la liga regular, sucedió por los motivos que en su momento manifesté y en los que sigo creyendo. Pero más allá de eso formar parte de un equipo de ese nivel (vamos, no es un equipo profesional pero tampoco son un grupo de amigos que se juntan para jugar) siempre es una buena experiencia de aprendizaje: aprendes a gestionar partidos y grupos, relaciones y sobre todo disfrutas de baloncesto en estado puro. Muchos diréis que el basket en estado puro es el de los minibasket pero discrepo en minibasket lo importante no es la competición (con excepciones) es, o debía ser, la formación del jugador y el baloncesto es competición, así que si se la quitas, no es puro.

Querría aclarar una cosa: mucho han dicho, “sí, vas con Javi a La Esperanza para cuando él lo deje quedarte tú con equipo” amigos míos, no, voy a La Esperanza, a entrenar a las 21 de la noche sin cobrar un duro porque me he dado cuenta de ciertas cosas: soy un friki, tengo tiempo libre y una novia que me aguanta mis rarezas como subir a La Esperanza a entrenar.

Pero ahora, ahora es el momento de descansar. Es el momento en el que piensas que el próximo año no entrenarás pero tranquilos, en un par de semanas, lo sumo tres ya estaremos haciendo planes para la próxima temporada.