La mayoría de vosotros os preguntaréis qué espero de Una Conejita en el Campus, la respuesta es fácil: absolutamente nada. Espero ponermela un domingo y dormirme durante su transcurso sin ningún tipo de remordimiento, no espero ni buenos diálogos, ni buenas actuaciones y si me apuras no espero ni una cuidada banda sonora. Una vez dicho esto se podría añadir que Una Conejita en el Campus no defrauda ya que no tiene buenos diálogos (tan solo encontraremos bochornosos chistes sobre tetas), no tiene buenas actuaciones y mucho menos una buena banda sonora y es que la canción final es horrible.

Hablando de actuaciones: cameo total de Shaquille O'Neal dejando patente que una vez abandone las pistas de baloncesto los platós de cine tampoco serán su nuevo habitad.

Debo añadir que si tú, admirado lector, eres una hormona con patas Una Conejita en el Campus tampoco te animará demasiado; que sí, que chicas guapas (o por lo menos barbies de revista) pero nada de nada. Entonces ¿para quien está recomendada Una Conejita en el Campus? Pues para ese tío que te cae pesado, para dormir la siesta aquellos que sufran de insomnio pero para poco más.

Haciendo un ejercicio de autocrítica diré que me pasé toda la película esperando un gag chistoso e interesante, minuto tras minutos, secuencia tras secuencia pero no, no llegó... y es que como tantas otras veces hemos dicho: a veces esperamos demasiado de las películas, de esta por ejemplo, un risa... y no, no hay.

Destrozada y desmembrada tan solo queda echársela a los gatitos:


Que no aparecen ni para comérsela y es que a los gatitos nos han salido de buen paladar.