Días de Vinilo

Leí su título Días de Vinilo y en ese mismo momento recordé Alta Fidelidad y me dije "he de hacerme con ella" esa misma noche...

Leí su título Días de Vinilo y en ese mismo momento recordé Alta Fidelidad y me dije "he de hacerme con ella" esa misma noche en mi portátil sonaban The Hitles banda homenaje a The Beatles que tiene uno de los protagonistas de la cinta. Pero no, Días de Vinilo no es la versión argentina de Alta Fidelidad aunque claramente bebe de la misma.

Cuatro críos asisten a una ruptura de pareja y en mitad de ella, sobre sus cabezas, comienzan a llover vinilos fruto de la disputa, comienza así una vida marcada por la música de aquellos vinilos. Ahora, años más tarde, ha llegado el momento de madurar, entablar relaciones y saber hacia donde caminan las vidas de nuestros protagonistas pero... sí, como adivináis  nuestros protagonistas sufren lo que se viene llamando el Síndrome de Peter Pan. Encontramos entonces una película coral donde se nos presentan (básicamente) los problemas amorosos de estos amigos.

Nos os voy a engañar, la idea principal de la cinta me parece interesante (no innovadora) pero si atractiva supongo que será mi gusto por la música (en especial la anglosajona que suena en esta cinta) y el cine se aúnan y en este aspecto Días de Vinilo cumple con creces lo que promete: cine, metacine y música.

¿Cuál es el problema de Días de Vinilo? Pues que su reparto es irregular, hay personajes creíbles probablemente los más histrionicos además pero aquellos que podríamos encontrar en nuestro día a día están poco trabajados y parece que se dejan llevar por la parte "llamativa" de la cinta. Por lo demás Días de Vinilo cumple lo que promete: música y entretenimiento aunque es cierto que al final se hace un poco larga.

Días de Vinilo se deja ver aunque seguro que no pasará a la posteridad del cine y tampoco de nuestras retinas, por lo tanto:

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