Con casi un mes de retraso se ve publicada esta crónica, alguno o quizás nadie se plantee a que se ha debido tanto tiempo para que se vea publicada (y escrita, para que engañar). Pues posiblemente por las extrañas divagaciones con las que comenzaba la misma: en ella se trataban temas más personales que musicales, por ello había decidido borrar y comenzar a escribir de nuevo así en múltiples ocasiones, pero una y otra vez la reseña seguía sin convencerme. Ahora mismo sigue sin hacerlo pero creo que ha llegado el momento de publicar o mandar para siempre a la papelera de reciclaje. Así que...

A veces no valoras las cosas hasta que las pierdes e incluso en esos momentos tampoco lo haces, las valoras cuando de nuevo te vuelves a encontrar con ellas. Eso fue lo que a mí me sucedió el pasado domingo en el concierto de Crystal Fighters y es que se podría decir que en los últimos tiempos he sobrevivido sin conciertos "medios", sinceramente tampoco los había echado excesivamente en falta. Pero al entrar en el hall del Auditorio Mar de Vigo algo sucedió: en ese momento volví a encontrarme pleno, en ese momento me di cuenta de cuanto había echado de menos (sin yo saberlo) este tipos de eventos con su diversidad de fauna (y flora), su ambiente, sus sonidos... me sentí en casa.

Una casa que esa noche ocupaban los londinenses Crystal Fighters aunque antes de saltar al escenario el mismo fue pervertido por Meneo, un DJ que se sacó posiblemente la peor versión que he escuchado en mi vida de un tema de Kings of Leon (quien la quiera escuchar por favor escriba Los Master Plus "Sexo en Fuego" en Youtube y prepárese para sufrir) tras aguantar los saltos y movimientos epilépticos de este personaje durante algo más de 40 minutos llegó el momento de los británicos quienes uno a uno fueron apareciendo en el escenario mientras se desgranaban los compases iniciales de "Solar System"; sonrisas, bailecitos y con el asesino de canciones ya casi en el olvido. Llegó la segunda canción de la noche "Follow" en ese momento comenzaron los bailes que no cesarían hasta el final del concierto. 

Pero hasta la tercera pildorita no encontramos nada de su último trabajo (Cave Rare) y fue "LA Calling" la elegida... y sí, se seguía bailando sin parar, no había llegado la mitad del concierto y no sabíamos demasiado bien si nos encontrábamos en un concierto y en una masterclass de aerobic (nos decantamos por lo primero al ver pasar al vecino con un par de cervezas en la mano).

Foto de Aroa Vázquez

Las piernas comenzaban a pesar y decidimos mirar el reloj ¡una hora, llevamos una hora dando saltos y haciendo corazones con los dedos como Sergio Ramos! Pero lo sorprendente no es que el tiempo pase si no que en todo ese tiempo no han tocado una sola canción de relleno. Media hora más tarde y tras "At Home" se apagaban las luces del hall del Mar de Vigo y los británicos abandonaban el escenario.

Y a grito pelado las primeras filas reclamaban el eléctrico "I Love London" y por supuesto no faltó en los bises llagando acompañado de "Ware" y de la brutal "Xtatic Truth" que hizo quemar las últimas energías... caras felices y sudadas abandonaban el Mar de Vigo con una extraña mezcla por el subidon del concierto y por el pensamiento que en cuestión de horas el mundo real nos golpearía con un lunes más.