Sons of Anarchy, 5ª temporada

Lo admito: siento devoción por los chicos de Charming y es que en el fondo no son tan malos, solo lo suficiente para detestarlos un poquito ...

Lo admito: siento devoción por los chicos de Charming y es que en el fondo no son tan malos, solo lo suficiente para detestarlos un poquito y quererlos mucho.



Es cierto que la temporada anterior (cuarta temporada de Sons of Anarchy) nos dejó con un extraña sabor de boca gracias a su lastimoso capítulo final esta quinta parece que vuelve a la senda correcta encajando piezas que en la anterior temporada quedaron sueltas... vamos, que atamos aquellos cabos que tan poco nos gustaron. Si en las temporadas anteriores ya conocíamos las vinculaciones del club con el IRA y con el cártel Galindo en esta nueva temporada estas uniones no varían, o mejor dicho, el IRA, el cártel Galindo y la CIA siguen presentes pero a este ya complicado cóctel sumaremos a los One-Niners y sobre todo a su jefe supremo Damon Pope un hombre con mucho que decir y al igual que los políticos actuales, con un objetivo claro: su propio bien.

Pero los mayores problemas de los chicos de SAMCRO no vienen de fuera si no que se gestan en el interior del garaje Teller-Morrow, la lucha interna de Jax y Clay se hace evidente y todos y cada uno de los miembros del club tendrán que posicionarse en uno de los dos bandos ¿qué hará Bobby? ¿a quién apoyará Tig? ¿Y Gemma? ¿Galant estará dispuesto a hablar con Jax? Todas estas preguntas (y alguna más) serán respondidas a lo largo de esta quinta temporada.
Un temporada que posiblemente sea de las más violentas y duras que hemos vivido hasta el momento y es que el episodio de la cárcel (no, no rebelaré nada) es realmente duro: para los espectadores y para el club en general y es que como ya hemos dicho el Señor Pope tiene mucho poder e influencia en esferas en las que los Hijos nunca se han atrevido (o podido) jugar. Una temporada en la que asistimos al crecimiento de un club de moteros poco a poco se convierte en una familia del crimen debido a las alianzas que poco a poco han ido haciendo; ya no son tíos con chupa y moto que mueven droga o armas, no, ahora tienen negocios legales, llegan a políticos, invierten en ladrillo... sí, ya no son un club del tres al cuarto.

Pero más allá de eso vemos como los personajes evolucionan: como cada vez más Tara e Gemma, como cada vez más Jax en John Teller y como Clay sigue siendo Clay, un personaje que morirá anclado y queriendo sostener el mazo de presidente como dios de un club único. Posiblemente esta quinta temporada ha sido la mejor hasta el momento del club motero de Charming, un club en el que los sillones corrompen y las traiciones son las únicas verdades que se cuentan.

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