"El sábado vamos al cine" me dijeron, a lo que pregunté que iríamos a ver, la respuesta fue clara Los Juegos del Hambre 2... vamos, tenía deberes antes del sábado noche: ver la primera entrega de Los Juegos del Hambre, es decir, la cinta que hoy reseñamos.

Acepto que tenía bastantes prejuicios de antemano: trilogía épica, triangulo amoroso, niñas de 14 con las carpetas repletas de fotos... vale, el envoltorio no era el mejor pero aun así y para saber que me iba a encontrar el sábado decidí ponérmela la madrugada anterior. Lo primero que debo reseñar es que no me dormí, aunque reconozco que ha habido pasajes que me han resultado pesados y lo segundo es que si el director en vez de Gary Ross hubiese sido Tim Burton estaríamos ante un películón realmente interesante y oscuro... el problema es que el bueno de Tim no lleva la batuta si no Gary Ross quien coquetea con Gran Hermano para ofrecernos esta fabula futurista.

El gran problema es que sufrí con Los Juegos del Hambre es que me esperaba (como alguien me avisó) la enésima variante de Crepúsculo pero no fue así: me encontré un edulcorado show Orwelliano y su 1984 ¡pero que muy edulcorado! Gary Ross y Liongate han puesto kilos y kilos de azúcar a una trama para que esos jóvenes que cada semana saquean las carteras de sus padres se gasten sus botines en ir al cine, ojo, que yo acepto y asumo que una película se hace con un fin claro: lucrarse pero asumirlo no quiere decir no sentir pena por lo que pudo haber sido y no es.

Y ese es el problema: Los Juegos del Hambre son para todos los públicos ¿en serio un programa de la televisión en que sus jóvenes concursantes se matan simplemente por alabar una fecha histórica puede ser para todos los públicos? Pues evidentemente no y aquí se ha censurado, aliviado y sesgado para que lo sea... ¿Es entretenida? Pues me atrevería a decir que sí y es que tiene elementos interesantes que explotar: un mundo sometido a un "gobernante" que vive en su sillón sesgando por clases, una semilla de revolución, una estética decadente muy al estilo steampunk... pero... ¿recordáis: niñas de 14 que juegan a ser Katniss? Pues eso, seguimos siendo una película para todos los públicos...

Los actores están correctos y es que no necesitan más la historia ya tiene peso en si misma. Lo que si no me ha gustado ha sido el montaje donde buscan darle velocidad, tensión y ritmo a la cinta con el uso de cámaras móviles que solo consiguen marear al espectador y se convierten en un recurso bastante aburrido... oye Tim Burton, tú que lees esto: pégate un remake de The Hunger Games y le damos 5 gatitos en vez de: