Collin Farrell es un actor capaz de perpetrar esperpentos como Siete Psicópatas pero, a veces, no sabemos demasiado bien por qué, es capaz de que su interpretación esté a un nivel razonable e incluso no estropee el resto de la cinta.

Sin duda la trama que nos ofrece London Boulevard es realmente sencilla pero no por ello se trata de una película simple: Mitchell sale de la cárcel tras haber cumplido una condena de 8 años, tras esta vivencia decide reconducir su vida, para ello busca trabajo encontrándolo de chico-para-todo de una estrella del cine. Hasta aquí todos pensaríamos que se trata de una comedia romántica pero no, ya que Mitchell recibe un nuevo encargo de sus fantasmas del pasado, encargo que se niega a cumplir. London Boulevard cambia entonces de comedia romántica a thriller con toques de cine negro.

Sin duda el mayor problema de London Boulevard es que se trata de una película encorsetada (está Collin Farrell ¿qué esperabas?): tópicos, frases típicas escuchadas una y mil veces... ¿Quién no ha recordado cualquiera de las películas de Guy Richie? ¿Quién no ha recordado a Vinnie Jones y sus papeles de ganster noventero? Pues eso, mucho de lo ya visto pero con una peor calidad en todo... o casi todo.

Y digo casi todo por que la banda sonora de London Boulevard es realmente buena; en ella encontraremos temas de ayer y hoy pero con un claro sello inglés: encontraremos a los Rolling Stones, a Kasabian o a Bob Dylan entre otros ¿Merece la pena London Boulevard tan solo por su banda sonora? Posiblemente no, pero también es cierto que aporta un plus muy grande. Y es que Keira Knightley y una buena banda sonora cubren las pretensiones de un espectador medio ¿o diréis ahora que no?