Mucho hemos oído hablar de la famosa Marca España en los últimos años. Marca España es una política de Estado que intenta situarse por encima de cualquier cambio político y que tiene como objetivo mejorar la imagen de España en el exterior en beneficio de un "bien común" (y lo entrecomillo por que todos sabemos que el "bien común" es el bien personal de nuestros gobernantes y amigos). Pero Marca España va mucho más allá de nuestras fronteras ya que como se reconoce en su ideario se busca la mejora de la imagen de nuestras empresas tanto en el interior como en el exterior del país.

Marca España habla de un país a la vanguardia en energías renovables, en alta velocidad, en infraestructuras, en transporte, logística, sector financiera... Marca España habla de mentiras y oculta un país cada día más próximo a una dictadura, un país que lejos de abrirse a un mundo global se cierra al mismo, un país cada día más corto de libertades por que sí, porque en una semana la Marca España ha pasado de ser una mentira a convertirse en una gran mentira.

Marca España trata de lavar la imagen de un país que no solo no rescata a seres humanos que pierden su vida en la búsqueda de una vida mejor, si no que además, representado por uno de sus cuerpos de seguridad dispara (pelotas de goma) a aquellos que luchan por un mejor futuro.

No solo se ha levantado una valla coronada por cuchillas que cortan sueños y desgarran ilusiones, si eso no fuese suficiente ahora se le niega el auxilio a personas que están muriendo en medio del mar. Sí, ahora saldrá el listo de turno diciendo "estaban en aguas marroquíes", sí, posiblemente, con la humanidad de los españoles viendo como personas fallecían. Pero por si esto fuese poco el tema de Ceuta ha dejado a la vista la manipulación a la que el gobierno intenta someter al pueblo (que le ha elegido): primero se negó el suceso, según el Ministerio del Interior, la policía marroquí se había encargado de la detención de los inmigrantes y que la Guardia Civil no había tenido nada que ver en el suceso. Pero esa misma noche el Ministerio del Interior cambia su versión reconociendo el uso de material antidisturbios para repeler a los inmigrantes (todo esto tras conocerse en la prensa la historia de dos supervivientes que hablaban del uso de pelotas de gomas y botes de humo). Interior habla del uso de material antidisturbios contra inmigrantes que intentaban cruzar la frontera de manera violenta, lo acompaña por un video claramente editado pero comienzan los problemas: habla del uso de ese material solo cuando los inmigrantes estaban en tierra, posteriores videos tiran por tierra esta nueva versión ya que en los mismos se puede observar como un Guardia Civil dispara a los inmigrantes, ya en el mar, desde el espigón de la playa ¿Cómo intentará el gobierno justificar esta acción de la Guardia Civil? ¿quién ha mandado editar el video que se le hace llegar a prensa? ¿Se formará una comisión de investigación que nunca llegará a nada? ¿Por qué el Gobierno niega la intervención de la Guardia Civil en el suceso hasta que la prensa logra hablar con los supervivientes? ¿Qué más se ha ocultado sobre el uso de material antidisturbios? ¿Por qué la embarcación presente en el ahogamiento de los inmigrantes no interviene en el socorro de los mismos? ¿Por qué se dijo que ningún inmigrante entró en suelo español cuando claramente sí sucedió?

Pero la semana no solo ha traído el asesinato de inmigrantes en Ceuta, sin duda el tema estrella ha sido el apoyo sin fisuras a la reforma a la actual Ley del Aborto que el Ministro de Justicia, el otrora liberal Gallardón, presentó a votación (secreta) en el Congreso de los Diputados. Una reforma a la que dentro de su propio partido le han salido voces (que no votos) discordantes.

Muchos piensan que esta reforma servirá para acallar al nucleo más duro y rancio del PP pero no se equivoquen: la iglesia, los obispos, el Vaticano... se oponen a cualquier tipo de interrupción del embarazo, así que, señorías, que sepan ustedes que sus almas serán igualmente condenadas.

Pero al final estos son asuntos domésticos, todo en queda en casa, así que la Marca España sigue controlando la imagen exterior de este país en el que nos ha tocado vivir... o no. Ya que el mismo martes que se apoyaba la reforma de ley del aborto se derogaba la Ley de Justicia Universal, vamos, dicho de otra manera: No a la Justicia Universal.

A muchos de vosotros esto de la Justicia Universal os sonará demasiado etéreo y raro pero intentemos explicarlo: a partir de este momento los jueces españoles no podrán investigar genocidios o delitos contra la humanidad, vamos, que ya no podemos investigar el genocidio del Tíbet, de Ruanda, los vuelos de la CIA (hayan pasado por España o no), el ataque de Israel a la Flotilla de la Libertad de Gaza o un caso que se lleva 11 años investigando como fue el asesinato del cámara de televisión José Couso.

Sin duda la eliminación de la Justicia Universal es una mezquindad ya que muy posiblemente eliminar esta ley tenga mucho que ver con los acuerdos comerciales con China, país que presiona para que sus líderes políticos no tengan que responder ante la justicia por la matanzas llevadas a cabo de manera sistemática en el Tíbet, es decir, que hemos cambiado la justicia por los euros (y todos tan felices) ¿Pero a caso esperabamos otra cosa? Recordemos que vivimos en un país en el que hace cinco años se destapó el mayor caso de corrupción política (comisiones, paraísos fiscales, contabilidad B, sobresueldos...) y en que aun no se ha devuelto ni un solo céntimo y no tampoco hay trazas de que esto vaya a suceder. No se puede pretender que un país hable de justicia y menos universal cuando las victimas de ETA pesan más que las del franquismo, en un país en que el que un no-nato es mucho más valioso que una persona que lucha por alcanzar un vida mejor, un país que no hace las cosas bien pero que crea una "política de Estado para mejorar la imagen de país para un beneficio común"

Pero bueno, España es así, un lugar en que la Infanta (sí, la hija del Rey) firma papeles que no lee o todo aquello que la puede inculpar no le consta... Y es que este país en vez de a la Marca España necesita una buena lejía que se lleve tanta morralla.