Como entrenador siempre encaro el partido del fin de semana con ganas de vencer, siempre creo en ello, quizás más pasionalmente que racionalmente; cada semana se trabaja para formar, crecer y vencer y es que no siempre vencer implica ganar aunque muchas veces ambos acciones van cogidas de la mano. Esta semana nos tocaba desplazarnos hasta Porriño, un rival al que habíamos vencido de un punto en la primera vuelta con un triple sobre la bocina, así que ganar era realmente complicado y ¿qué era vencer? ¿competir? Pues posiblemente no, posiblemente había que vencer y convencer, hacerlo bien e intentar lograr la victoria.

Comenzamos el partido muy intensos, dominando el rebote y llevando el ritmo, así, poco a poco conseguimos abrir una pequeña diferencia en el marcador pero tras un tiempo muerto pedido por el entrenador local su conjunto comenzó a reaccionar quizás no anotasen pero sí lograron cortar la fluidez de nuestro juego ofensivo y poco a poco consiguieron reducir la distancia en el marcador hasta llegar al término de los primeros 10 minutos un punto por encima en el electrónico (13 a 12).

Se convirtió el segundo periodo en un intercambio constante de canastas del que claramente salimos perjudicados y es que nuestro juego interior, mediada la mitad del periodo, comenzó a hacer aguas, suceso que aprovecharon los locales para dar otro pasito y afianzarse así en el marcador llegando al término de la primera parte del encuentro con una renta de 5 puntos (33 a 28). Una renta que se antojaba alcanzable para nosotros, quienes éramos conscientes que no estábamos jugando nuestro mejor baloncesto y que en la segunda mitad del encuentro pondríamos toda la carne en el asador.

Y así fue. Salimos a ganar, a colocarnos por delante y llevarnos el partido.

De nuevo dominamos el rebote y corrimos en ataque. Impusimos nuestro ritmo y es que desde hace meses sabemos a lo que nos gusta jugar: defender duro y jugar rápido, adiós sistemas complicados, adiós cascadas infinitas de bloqueos, adiós jugar a 24 segundos de posesión! Aquí hemos venido a divertirnos y a correr y eso es nuestra seña de identidad.

Recuperamos aquellos 5 puntos que ahora se antojaban tan lejanos y encaramos el último periodo con 2 puntos de ventaja sobre Porriño teniendo claro que nada estaba ganado y que el partido aun estaba por decidir pero confiando en nosotros, en nuestro juego y en nuestros compañeros.

Y aunque el marcador parezca realmente ajustado puedo decir que jugamos tranquilamente, conscientes que el partido estaba en nuestra mano, que tan solo teníamos que ser nosotros. De nuevo controlamos el rebote, y aunque no conseguíamos anotar tampoco permitíamos canastas; así conseguimos llevarnos el encuentro.

Es cierto que Porriño dispuso de dos tiros libres para empatar el encuentro, anotando el primero y fallando el segundo; un segundo tiro libre del que conseguimos un rebote más. Y así terminó el encuentro: muchos os preguntareis si es justo ganar un partido venciendo tan solo en un periodo o si hemos tenido suerte o si... no lo sé, podría ser suerte, podría ser una injusticia pero considero que hemos crecido como equipo, que hemos sabido gestionar el encuentro y que no hemos perdido la cabeza. Recuerdo que hace muchos años, un entrenador me dijo "las prórrogas no las ganan los mejores equipos, las ganan aquellos que están más tranquilos", quizás aquella máxima que dijo aquel entrenador hoy jubilado se pueda aplicar a los finales de partidos tan ajustados... o quizás tan solo tuvimos suerte ¿tú que crees?

Parciales: (13-12); (20-16); (13-20); (19-18); [65-66]

Box Score: Pablo (7 puntos, 4 faltas); Samu (- puntos, - faltas); Julian (26 puntos, 4 faltas); Mario (1 punto, 3 faltas); Alberto (12 puntos, - faltas) -quinteto inicial- Santi (5 puntos, 2 faltas); Daniel (7 puntos, 4 faltas); Abraham (2 puntos, 2 faltas); Roi (8 puntos, 4 faltas); Raúl (- puntos, 1 falta)