Sin duda la victoria más abultada de la primera vuelta fue la que sufrimos en nuestra visita al Colegio Apóstol donde caíamos por 63 puntos (112 a 49), en un partido en el que en ningún momento fuimos capaces de tomarle el pulso al encuentro, una derrota abultada y dolorosa pero justa. Conscientes de esta situación nos presentamos en el pabellón del CEIP Seis do Nadal a primera hora de la tarde del sábado para enfrentarnos a nuestro mayor verdugo.

Comenzamos como lo hicimos en la primera vuelta: fríos y sin ritmo, aunque nuestro ataque era preciso, o mejor dicho, lo fue hasta que Apóstol decidió subir un escalón su intensidad defensiva, en ese momento y como había sucedido en la primera vuelta: dejamos de competir. Y es que parecía que tuviésemos miedo: no chocábamos en ataque y nos apartábamos en defensa y está claro que así jamás podremos competir. Tras 10 minutos de encuentro ya nos encontrábamos fuera del encuentro: el 10 a 29 con el que terminaba el primer periodo nos alejaba de la victoria pero quizás no del objetivo y es que ganar no siempre es el objetivo inicial, y tras perder de 63 el mayor objetivo era plantar cara a Apóstol.

Algo cambió, como equipo crecimos un escalón y comenzamos a trabajar duro en defensa y tener mayor fortuna en ataque. Poco a poco reducimos la diferencia, acortándola incluso a 10 puntos, sí, por fin estábamos en partido, jugando de tú a tú y luchando cada balón en las dos partes de la pista.

Sí, este periodo se convirtió en un intercambio de canastas, es cierto que al final no redujimos ventaja con los visitantes pero esta tampoco se amplió y sobre todo las sensaciones que transmitimos fueron mucho mejores que las del primer periodo. Al descanso 31 a 50 en el electrónico del Seis do Nadal.

Y queriendo mantener esas sensaciones regresamos a la pista. Seguimos luchando cada balón y aunque en ataque errábamos más seguimos intentando construir nuestro juego desde la defensa y aunque no siempre lográbamos nuestros objetivos, trabajábamos para ello. Si trabajas y no lo consigues ¿qué podemos reprochar al equipo? Pues nada o por lo menos poca cosa. Al final de este tercer periodo la diferencia crecía en dos puntos.

Tan solo el último periodo por delante, 10 minutos más de esfuerzo, 10 minutos más de trabajo, 10 minutos más trabajo sabiendo que el premio gordo (la victoria) ya era prácticamente imposible. Pero daba igual, nuestro objetivo es seguir creciendo, un crecimiento que no siempre implica ganar. Es cierto que en este periodo las sensaciones fueron mucho peores y es que la defensa zonal que nos presentó Apóstol durante toda la segunda mitad del encuentro se nos atragantó en momentos puntuales de este último periodo posiblemente por el cansancio acumulado del encuentro. Y llegó el final, un final sin premio gordo pero un final que nos marca el camino y la manera de trabajar. Sí, hemos caído, sí, de 28 puntos pero sí, las sensaciones no fueron malos ¿buenas? Posiblemente tampoco, sería un alarde definirlas así, pero sí tenemos que creer en nuestro trabajo, en nuestra manera de hacer las cosas, en nosotros a fin de cuentas.

Ah, sí, al final 62 a 90 y la cabeza alta.

Parciales: (10-29); (21-21); (15-17); (16-23); [62-90]

Box Score: Pablo (- puntos, 3 faltas); Roi (- puntos, 3 faltas); Mario  (4 puntos, 2 faltas); Torres (- puntos, - faltas); Alberto (13 puntos, 4 faltas) -quinteto inicial- Julián (13 puntos, 2 faltas); Santi (6 puntos, 4 faltas); Abraham (4 puntos, 3 faltas); Gabriel (16 puntos, 2 faltas); Adrian (6 puntos, 1 falta); Raúl  (- puntos, 1 falta)