Orange is the New Black se convirtió en una de las series revelación del pasado año 2013 y esto era un arma de doble filo: por un lado la serie parecía una apuesta ganadora ya que ha aunado a crítica y público así que generaba una serie de expectativas demasiado altas ¿las cumplirá?

Partamos de un punto básico: Orange is the New Black llega de la mano de Jenji Kohan quien se ha especializado en poner a mujeres blancas de clase media-alta en situaciones poco favorables, en Weeds convertía a su protagonista principal en camello de marihuana y ahora la coloca en el medio de una cárcel de mujeres por un delito relacionado con el tráfico de drogas de esta manera Kohan busca ver la adaptación (entre cómica y dramática) de su  protagonista a su nueva y socialmente mal vista situación. De esta manera el espectador se sienta ante un drama: drogas, cárcel y violencia... pero Kohan busca en cada uno de esos factores la vena cómica e incluso satírica. Es cierto que dentro de Orange is the New Black encontraremos violencia negativa, abusos de poder o tensiones entre las reclusas pero ello no deja de ser anecdótico en el transcurrir de la historia; y cuando afecta al mismo se soluciona de una fácil de ver y admisible por el gran público.

En Orange is the New Black nos encontramos a Piper quien ingresa en prisión cuando estaba al borde de su boda, condenada a 15 meses de prisión decide ingresar voluntariamente en la misma. Allí, además de a un variopinto grupo de reclusas, se encontrará con su exnovia quien además dio su nombre en el juicio donde Piper fue condenada. Y ahora ya tenemos todas las cartas sobre la mesa ¿cómo sobrevivirá la buena de Piper en prisión? ¿son tan malas el resto de las reclusas? ¿cómo recibirá Piper a su ex? ¿y ella a Piper? Pues a lo largo de 13 capítulos iremos solventando todas nuestras dudas.

Tras ver la primera temporada puedo decir que Orange is the New Black no será una serie de culto y es que al final Orange is the New Black tan solo es un drama adolescente de chica reencuentra a chica ahora que su vida parecía ir viento en popa. El entorno, el naranja de los uniformes, los abusos de poder o los conflictos raciales son mero espectáculo que completa la relación entre Piper y Alex, un espectáculo que posiblemente pudiese dar mucho juego pero bien seguro menos audiencia y menos aceptación de la serie. Así que Orange is the New Black es un poco de lo de siempre en un entorno extraño, el más allá (la vida de las otras reclusas) es vacía y estereotipada y este posiblemente sea al mayor error de Orange is the New Black ya que el coro que rodea a Piper es quien hace interesante a Orange is the New Black.

Es muy posible que me acerque a la segunda temporada de Orange is the New Black, y es que ahí es donde realmente se la jugará la serie: o crece y cuida a sus personajes "secundarios" o muere en las manos de Piper.