Viernes, segunda jornada. El día en el que los cielos se cerraron y Zeus decidió enviar 249 relámpagos contra Nigrán. 249 relámpagos que consiguieron que esta jornada se suspendiese dejando al personal mucho más frío por la noticia que por la cantidad de agua que estaba cayendo sobre ellos (sobre nosotros). Y es que sin duda esta era la jornada más esperada por todos: Vestuta Morla, Andrés Calamaro, Calle13, Niños Mutantes o Nikki Hill, una jornada que a priori reventaría PortAmérica y haría las delicias de todos ellos: canis, indies, rockers o posturas pero estaba claro que el viernes todos tendrían algo que contar al llegar a casa… y así fue, todos contaron lo mismo, como el festival se había venido abajo. Una decisión dura pero correcta.

Por nuestra parte nos habíamos acercado a Nigrán con la intención de asistir a la actuación de Nikki Hill llamada a ser (hasta que aparezca otro nuevo talento) la nueva Etta James pero tan solo pudimos disfrutar (bajo la lluvia) de los últimos minutos de actuación de los colombianos Systema Solar (@systema_solar). Así que nos quedamos con las ganas de más, de mucho más, al igual que los chicos con gafas color fluor que destrozan las canciones de Calle13 mientras hacían botellón a las puertas del recinto.

Sábado, tercera jornada. El día que PortAmérica colapsó, luchó y venció (con más pena que gloria) a MeteoGalicia y Aemet.

Colapsó porque todos agarrados a nuestros smartphones (dispositivos móviles inteligentes para personas mucho menos inteligentes) actualizábamos una y otra vez para ver si esta vez sí sería posible disfrutar de esta jornada del festival. Luchó porque creyó, creyó que sí sería posible por mucho que lloviese y venció porque, como ya hemos dicho, con más pena que gloria se pudo (mojados y remojados terminamos bailando).

Por nuestra parte la jornada comenzaba con The Sonics (@realsonicsboom), los abuelos del festival y posiblemente de más del 80% de los asistentes al festival. Abuelos sí pero ¡vaya manera de descargar energía que tienen los hombres de camisa negra de rodeo americano! The Sonics son el claro ejemplo que la edad poco o nada tiene que ver con la vitalidad; sin duda protagonizaron uno de los mejores conciertos y más bailables de este PortAmérica 2014, un concierto en el que se ganaron el cariño y admiración de la explanada que terminó pidiendo un bis de estos abuelos del garage-rock y es que las sonrisas en las caras de los asistentes dejaban bien claro que The Sonics son un grupo que disfruta y hace disfrutar ¡Larga vida!

Fue el turno a continuación de León Benavente (@leonbeneventetw), la banda española que tocará en todos y cada uno de los festivales de la geografía española por muy pequeños que sean o por muy dispersos que estén, quienes llegaban al PortAmérica para presentar su primer y homónimo trabajo “León Benavente”.

Debo reconocer que no tenía demasiado fe en León Benavente y sus atmósferas sonoras no me parecían extrapolables a un directo dentro de un festival como PortAmérica pero desde aquí reconozco mi error y es que León Benavente sonaron realmente bien (aunque es cierto que nosotros lo vimos con algo de distancia). Y es que la banda de Abraham Boba presenta un sonido compacto y rocoso que clama a la revuelta, a la insurrección y sobre todo a corear canciones como “Soy Brigada” o “El Rey Ricardo”. Sin duda una grata sorpresa.

Y gafados por El Indio comenzó a caer lluvia para acompañar a Nada Surf (@nadasurf) convirtiéndose las carpas publicitarias en el refugio de la inmensa mayoría aunque los más osados aguantaron estoicamente ante un escenario que ahora era de los neoyorkinos. Comencemos diciendo que Nada Surf no tocó “Hyperspace” y a diferencia de Ferreiro nadie silbó porque sí repasaron sus temas más conocidos (entre ellos el increíble “Weightless”) todo salpicado de anécdotas de sus diversos pasos por Vigo (especialmente por La Iguana). Quizás fuese la lluvia, quizás el cansancio pero es cierto que la asistencia de público a este concierto fue realmente baja y es una pena porque Nada Surf son un grupazo de esos de pararse a escuchar y quedarse con la boca abierta mirándolos perdiendo la noción del tiempo pero les falta marketing, llegar a un público más global, ese saltito que los encumbre.

Ya llegado el tramo final del concierto de los estadounidenses los asistentes habían descendido considerablemente y si ya antes eran pocos ahora… ahora la masa corría hacía el otro escenario y es que ya lo dice “Club de Fans de John Boy”: "primeras filas vuestra obsesión…" hasta tal punto que aún sonaban Nada Surf cuando estas filas se ocupaban.

Lo comentábamos al final de festival: es injusto que grupos como Nada Surf o The Sonics pasen (a nivel de espectadores) sin pena ni gloria y otros como Love of Lesbian, más discretos musicalmente, congreguen hasta al párroco del pueblo vecino pero ¿desde cuándo la vida es justa? Pues la música no deja de ser una parte importante de la vida.

Love of Lesbian (@loveoflesbian), tema complicado. Reconozco que los catalanes durante un tiempo fueron unos de mis grupos de cabecera pero reconozco también que su último trabajo es mediocre, no engancha como lo hacía “Cuentos Chinos para Niños de Japón” ni se acerca a la sombra de “1999” y es que posiblemente Love of Lesbian en los últimos tiempos ha intentado abarcar demasiado: libros, discos, giras interminables… perdiendo de vista el punto más importante: la música y es que sinceramente parecen más preocupados de hacer reír con su teatrillo de guiñoles que de dar un concierto-de-la-hostia. Love of Lesbian sigue apostando por la misma fórmula desde hace ya casi cinco años.

Arrancaron con “Te Hiero Mucho (Historia del Amante Guisante)” para pasear por temas de su último trabajo (“Tú Me Dices Be, Yo te Digo Affleck” o “Manifiesto Delirista”) hasta llegar al consabido “Club de Fans de John Boy” donde el éxtasis de las primeras filas fue más que previsible. Un set-list en el que un servidor echó mucho de menos “Incendios de Nieve” o “Segundo Asalto” por ejemplo. ¿Queréis que os diga la verdad? Love of Lesbian me decepcionaron y mucho, y es que Love of Lesbian me deja la sensación de ya haberlo vivido antes aunque supongo que para aquellos que se acercan por primera vez a un bolo de los catalanes la experiencia debe ser bien distinta.

Y tras la decepción de Love of Lesbian fue el turno de Columpio Asesino (@columpioasesino) una banda tenía claro que no me decepcionaría pero por un detalle muy importante: no me gustan. No lo hacen en sus discos y mucho menos en directo así pues la noche solo podía mejorar. Pero no, no lo hizo Columpio Asesino son demasiado modernos para mí quizá tan solo se trate de una fobia personal mía y no sepa apreciar su “arte”. Estoy seguro que montan un show exquisito para aquellos que saben apreciarlo pero para el resto Columpio Asesino no son más que espirales cansinas que te llevan al suicidio o a la punta opuesta del recinto. Más o menos como Najwa (@Najwa_Nimri).

Acompañada por una maquina de humo que trabajó al 100% durante toda la actuación de la actriz también metida a cantante Najwa se rodeó de una imagen de misticismo; Najwa dando vida a una diva de la noche empezó a rectar por el escenario repitiendo palabras como si de mantras se tratasen… personalmente no entré en el Nirvana y me aburrí bastante, es más tan solo aguantamos en el festival por que la encargada de cerrar era eMeDJ (@emeDJ) quien llevaba amenazando por la redes sociales que sería una sesión de la leche ¿Lo fue? Pues realmente no lo sé, sé que me divertí mucho e incluso sucedió uno de los momentos más portentosos del festival cuando sonando MGMT rompió a llover. Me hace gracia como a través de una sesión que no contentaría ni a los puristas del indie o a aquellos que venían abrazados a la electrónica de Najwa supo contentar y hacer bailar a ambos con temas de Lykke Li, La Casa Azul o Raphael.

Domingo. Primer día tras PortAmérica: el cielo se abre, el verano regresa a Galicia y en mi cabeza suena eso de “I, I follow, I follow You…”