Seguimos de festivales: Brincadeira 2014 (jornada de viernes)

La vida te da sorpresas, sorpresas te de la vida… decía Rubén Blades en una de sus canción, pues sí, la vida da sorpresas y a veces incluso ...

La vida te da sorpresas, sorpresas te de la vida… decía Rubén Blades en una de sus canción, pues sí, la vida da sorpresas y a veces incluso entradas para algunos festivales como sucedió el pasado viernes y es que gracias a un amigo caían en mis manos un par de entradas para el Brincadeira 2014 (@brincadeira2014) que tras su suspensión en 2013 (por falta de apoyos institucionales) volvía a celebrarse esta vez en Santiago de Compostela.

Semanas atrás hablábamos sobre este festival alrededor de una mesa, sinceramente, la verdad es que nos parecía (y me sigue pareciendo) en festival realmente extraño, un cartel que auna a Gloria Gaynor con Ruxe Ruxe pasando por Fangoria o Georgie Dann resulta chocante cuando menos. Pero Brincadeira, o Brincadeira2014 como han llamado a esta edición, no es tan solo un festival de música ya que además en él conviven espectáculos de improvisación teatral, monólogos o diversas artes con la música. Realmente Brincadeira es un festival difícil de encuadrar y siendo sinceros personalmente poco apetecible, pero cosas del azar terminamos allí en su segunda jornada: la del viernes.


Parece ser que en Galicia últimamente hay dos cosas que no faltan en ningún festival que se precie: el kebah gallego (primo del kebah andaluz) y la lluvia y es que entre aguaceros llegábamos a Santiago con la jornada más que comenzada y para nuestra sorpresa modificada. Y es que como nos enteramos allí la misma estuvo al borde de su suspensión debido a las condiciones climatológicas ya que desde primera hora de la mañana negras nubes hacían presagiar el peor de los finales esperados haciendo, entre otras cosas, vaciar el camping que se encontraba aledaño al recinto del festival. Ya entrada la noche, hablando con gente relacionada con el propio festival nos contaban que durante la tarde la organización se había planteado suspender la jornada de festival, por todo ello, tanto los horarios como los escenarios de actuación habían sido modificados así que sería una aventura saber con quién y con qué nos encontraríamos.

Nuestra entrada en el recinto coincidió con el final del concierto de Freedonia que se estaba celebrando en el escenario principal así que monte abajo decidimos acercarnos al segundo escenario, mucho más pequeño y refugiado bajo una carpa. Una vez allí nos encontramos con Ultranoite no País dos Ananos una representación de Chévere (@redenasa), sin duda una de las compañías de teatro más longevas y respetadas de Galicia, donde se echa la vista atrás y se repasan los últimos 20 años en este país, un país lleno de enanos (¿os dais cuenta que absurdo resulta escribir una crítica sobre Chévere en castellano? Posiblemente si Miguel de Lira @migueldelira lo leyese le sangrarían los ojos).

Chévere nos habla de un País dos Ananos, o Galicia si queréis, donde la corrupción de los (nuestros) dirigentes es lo habitual, donde el despilfarro es el tópico y donde los enanos viven humillados sin levantar ni la voz ni la cabeza. Chévere muestra un retrato, cargado de humor negro, de la Galicia que nos ha tocado vivir. Música y teatro se dan la mano en una brillante representación que en el Brincadeira fue boicoteada por el propio festival con las pruebas de sonido de Ruxe-Ruxe… un 10 para Chévere y un colega-háztelo-mirar para el festival.

Y tras la representación de Ultranoite no País dos Ananos fue el momento de regresar al escenario principal donde la banda de rock gallego Ruxe-Ruxe (@ruxeruxe) estaba ofreciendo su concierto. Para los que no los conozcáis Ruxe-Ruxe es punk-rock gallego y en gallego, que sí, que hay una gaita en la banda pero esto no es folk ni un juego, Ruxe-Ruxe llevan casi 20 años recorriendo Galicia y ofreciendo potentes descargas de energía a aquellos que se presentan frente a ellos. Y es que da igual que truene o que llueva ahí estarán los compostelanos para hacer vibrar a los presentes con un rock enérgico con aires de punk, del de verdad, del de los Clash… y el pasado viernes fue una buena muestra de ello: daba igual que lloviese o granizase, la gente no se movía del lodazal que se estaba formando frente al escenario del Monte do Gozo porque Ruxe-Ruxe son así, te atrapan y no te sueltan.

Hablaba con mi compañero que es una pena como funciona Galicia en este aspecto, un país, una nación o una comunidad (eso ya depende de vuestras ideas políticas) donde se margina a la música en gallego y se reduce a pequeños círculos habitualmente politizados (ojo, que no estábamos hablando de ningún tipo de tendencia política) en comparación con comunidades donde se fomenta el uso de la lengua natal desde un punto de vista cultural, un claro ejemplo de ello pueden ser grupos como Manel, Grossos, Antonia Font, Berri Txarrak o Mendezt quienes aunque no siempre canten en su idioma natal si se relacionan en el mismo y lo promocionan. Y es que aunque critiquemos a Brincadeira por varios motivos también sería justo agradecerle a la organización que se promocionen creadores y artista del país, que se dé la oportunidad de hacer llegar sus creaciones (sean teatro o musicales) a un público más amplio porque a bien seguro una persona que nunca había asistido a un concierto en gallego se haya enganchado, lo cual hará crecer la cultura propia.

Y tras Ruxe-Ruxe y una larga espera llegó el plato principal de la noche, posiblemente una de las actuaciones más bizarras que sucedan este verano en Galicia y es que el rey de la canción del verano estaba apunto del ocupar el escenario principal del Brincadeira. Sí estimados y estimadas lectoras de este blog: he asistido a un concierto de Georgie Dann, un hombre pegado a un estribillo repetitivo y patético que lleva asolando los chiringuitos desde los años 60.

La verdad es que el concierto comenzó teniendo su gracia y es que Georgie Dann se acompaña de corista y banda que confeccionan un jingle de entrada con presentación del propio cantante a partir de ahí se desata la histeria bizarra colectiva que dura un par de canciones y sí, es que Dann tiene gracia durante dos canciones (si se les puede llamar así) pero a partir de ese momento es una broma pesada que convierte cualquier atisbo de concierto en una verbena de pueblo. Es cierto que ese señor de americana blanca que coquetea con sus bailarinas al más puro estilo Esteso-Pajares-Ozores es inteligente introduciendo sus hits verbeneros en medio de temas ramplones que no conoce ni su madre, ni la mía (coetánea, aunque más joven, de Georgie Dann). Sería injusto decir que la gente allí presente se aburrió, es imposible hacerlo mientras suena “El Chiringuito” o “La Barbacoa”, momento de exaltación colectiva con congas incluidas, pero es cierto que Georgie Dann resulta un personaje cansino y sin gracia. ¿Me arrepiento de haberlo visto? Hombre, arrepentirse es un verbo muy duro pero evidentemente ni le daría una segunda oportunidad ni repetiría pero oye es de esas cosas que dirás en botellones y fiestas de guardar “ey, calma, que yo he visto a Georgie Dann” en directo.

Tras el esperpento, perdón quería decir actuación de Georgie Dann y su grupo de baile decidimos regresar de nuevo a la carpa pero esta vez no nos encontramos ningún monologo u obra teatral, no, nos encontramos a dos DJ’s intentando levantar a un festival que hacía aguas y hablo literalmente ya que de nuevo comenzaba a llover en Santiago de Compostela. Supongo que será que me hago mayor pero creo que aquellos dos personajes (Dj Nim y Dak creo que son sus nombres artísticos) iban demasiado acelerados para las horas que eran así que en cuanto amainó la lluvia decidimos subir al escenario principal para disfrutar de la actuación de Bad Manners.

Bad Manners llegaban a Santiago desde su Londres natal para descargar toda la potencia de su ska, personalmente soy de esas personas que no les apasiona el ska y que conocen a Madness y poco más (sí, algún grupo español que no merece la pena ni mencionar) así que investigando un poco he descubierto que Bad Manners pertenecen al llamado Two Time o segunda oleada del ska británico y que son, dentro del estilo y la tendencia una de las bandas (con los ya mencionados Madness) de cabecera.

Lo primero que me llamó la atención de Bad Manners fue la estética de su líder que vestía con americana animal-print (vamos, estampado animal de toda la vida) y pantalón corto danzando de una lado al otro del escenario. En la explanada las danzas eran mucho menores ya que un segundo aguacero haría que la inmensa mayoría de los allí congregados buscásemos refugio bajo la carpa de venta de bebida. Desde allí divisamos el concierto y a los más intrépidos danzar sobre el lodo sin importar barro o lluvia; es cierto que no nos quedamos al fin del concierto y es que con un cielo que amenazaba con caer sobre nuestras cabezas decidimos en un momento de calma regresar al calor del coche, regresar al calor del hogar.

Días más tarde, escribiendo esta reseña, fui consciente de la decepción y descontento de buena parte de los espectadores del festival por lo acaecido en esta jornada. Era consciente que la organización decidió comprimir todas las actuaciones en dos escenarios (convirtiendo la carpa Dub Station en un escenario) y que por ello los horarios se habían descuadrado, hasta aquí, sin ser lógico que la organización de un festival en Santiago de Compostela no piense que pueda llover es comprensible. Lo que me resulta menos comprensible es que haga grupos que ni siquiera hayan actuado, como ha sido el caso de Mad Professor, y la organización ni hubiese informado a los asistentes. Personalmente no noté el detalle, cierto es porque caí allí como quien dice de rebote pero si fuese así la organización del Brincadeira dejaría mucho que desear en lo que es profesionalidad.

De lo que sí me puedo quejar es de no encontrar un lugar donde depositar la basura. Una basura que convirtió las laderas del Monte do Gozo en una malgama de barro, papeles y vasos de plástico dando una imagen de suciedad realmente calamitosa. Tras ver lo sucedido en este Brincadeira y que no se ha separado la basura en el portAmérica me gustaría dar desde aquí una idea: en Tenerife en los festivales o actos donde se reúnen muchas personas la empresa de cervezas autonómica incentiva el reciclaje de vasos de la siguiente manera: por cada cinco vasos que entregas ellos te regalan una caña. A muchos os parecerá una tontería pero la gente “colecciona” vasos por una bebida gratis, vasos que se reciclan y que al ser recogidos del suelo dejan el espacio mucho más limpio y transitable.

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