Compra, Cocina, Come con... Javier Ozores

Compostela GastronĂ³mica ( @ComposGastro ) es una iniciativa impulsada desde el Concello de Santiago de Compostela para promulgarse como pun...

Compostela GastronĂ³mica (@ComposGastro) es una iniciativa impulsada desde el Concello de Santiago de Compostela para promulgarse como punto de referencia gastronĂ³mico de la comunidad, convirtiendo para ello Santiago de Compostela en un festival de la cocina gallega durante una semana.

Compostela GastronĂ³mica no es solo una ruta de pinchos, una visita al mercado o una selecciĂ³n de restaurantes en los que comer Compostela GastronĂ³mica busca la promociĂ³n integral de la gastronomĂ­a gallega ofertando para ello a sus asistentes con showcooking, espacios gastronĂ³micos, exposiciones, jornadas profesionales o incluso talleres como el que hoy os acercamos en el blog.

Y es que gracias a la cadena de supermercados Gadis (@gadis) asistimos al taller que cerrarĂ­a estas jornadas gastronĂ³micas. Un taller titulado como este post: "Compra, Cocina, Come con... Javier Ozores". Para quienes no conozcĂ¡is a Javier Ozores deciros que este hombre de blanca barba es productor cinematogrĂ¡fico y de televisiĂ³n, gastrĂ³nomo y escritor ademĂ¡s de miembro fundador de la Academia de GastronomĂ­a de Galicia desde donde ha coordinado la ediciĂ³n de diversas guĂ­as gastronĂ³micas y la reediciĂ³n de libros gastronĂ³micos de Emilia Pardo BazĂ¡n y Manuel Puga Parga "Picadillo" entre otros.

El taller se celebrarĂ­a el sĂ¡bado por la tarde (18.00 horas) en el Aula GastronĂ³mica del Mercado de Abastos de Santiago de Compostela y constarĂ­a de una compra en un supermercado Gadis (para eso era el patrocinador) con Javier Ozores para despuĂ©s realizar con ella un menĂº de la mano de la cocinera Gabriela Araujo.

AsĂ­, entre risas y bĂºsqueda de la dichosas frambuesas, discurriĂ³ un simulacro de compra (ya que la misma se habĂ­a llevado esa mañana al Mercado de Abastos) de los productos necesarios para la realizaciĂ³n del menĂº. Un menĂº tradicional basado en la cocina tradicional de aprovechamiento compuesto por croquetas de chipirones en su tinta, stroganoff de ternera y natillas de huevo con crema de frambuesa.

Tras casi una hora desde nuestra partida regresĂ¡bamos al aula de cocina del Mercado de Abastos con los productos necesarios y los cuchillos bien afilados para entrar en la cocina de Gabriela Araujo porque señores esto no era un showcooking, aquĂ­ se viene a cocinar y si todo va bien, a no provocar ningĂºn incendio en las cocinas de Santiago. Y para comenzar el postre.

Romper huevos, separar claras de yemas, batir, twittear, seguir batiendo, una foto del proceso, batir, batir y volver a batir mientras la leche al fuego hace glup, glup pero no llega a hervir y... emplatar ¡quĂ© por los ojos tambiĂ©n se come! Postre al frigo mientras pasamos a las croquetas.

Como ya hemos dicho se trata de cocina de aprovechamiento, asĂ­ que las croquetas nacerĂ­an de unos chipiriones en su tinta que hemos hecho pero que han sobrado asĂ­ que nos pondremos a hacer chipirones. Limpia, corta, pica y pocha, poco a poco el plato va tomando forma y al final hasta me animo a probar los chipirones en su tinta sabiendo que eso de la tinta nunca me ha hecho demasiada gracias y estĂ¡n de muerte pero de buenos que aquĂ­ no queremos intoxicar a nadie.

Tras los chipirones es el momento de la bechamel ¿cuĂ¡ntas veces has comido croquetas? ¡MuchĂ­simas! Pero ¿sabes hacer un bechamel? Ahora sĂ­ y lo mejor es que no hay que batir, bueno ligar, la bechamel se entiende. Una bechamel que mezclaremos con los chipirones del dĂ­a anterior (en nuestro caso de la clase anterior) para hacer las croquetas.

Cortar, limpiar, hablar, picar, reir, fotos, cuchillos y tweets, y asĂ­ mezclando tradiciĂ³n, en el plato y en la olla, y tecnologĂ­a en la redes sociales poco a poco fue saliendo un menĂº que culminaba con un stroganoff de ternera tan calĂ³rico como jugoso y es que al final van a tener razĂ³n aquellos que dicen comida sabe mejor cuando se cocina con cariño (y buen humor).

Tres horas que culminaron con la prueba de nuestro menĂº, tres horas que se hicieron cortas, tres horas entre fogones (aunque hubiĂ©semos utilizado vitrocerĂ¡mica), tres horas de buen humor que concluĂ­an entre risas, apretones de manos y goodbye para aquellos que se acercaban a Galicia y a su tradiciĂ³n gastronĂ³mica por primera vez. Tres horas a las que unas natillas con frambuesa ponĂ­an punto y final... aunque aquĂ­ debo reconocer que sĂ­, que las natillas estaban buenas pero que las de mi madre estĂ¡n mucho mejor, posiblemente porque les eche mĂ¡s cariño ¿no?

Una tarde que ahora descansa en un libro de receta, un delantal en la lavadora y un post en este blog, un post que espero que os gustase por lo menos tanto como a mĂ­ me gusto el taller de Javier Ozores y Gabriela Araujo.

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