500 Days of Summer
17:46:00
Dicen que me gusta el cine “independiente”, el cine “raro”, dicen que cada vez que pillo una cinta de Hollywood es para destrozarla, dicen… y personalmente me da igual, me gusta ver buen cine o por lo menos intentar hacerlo.
“¿Has visto (500) Days of Summer?” me dijo mi prima y no, no la había visto aunque sí sabía que había sido una de las triunfadoras del último festival de Sundance, además ciertos medios de credibilidad constatada la tachaban como una gran comedia romántica… me senté ante ella cargado de expectativas y…
(500) Days of Summer es una comedia de bajo presupuesto (costó 7 millones de dólares) y al estilo Juno se convierte en una cinta emotiva que nos muestra como para hacer ciertas cosas no es necesario invertir una cantidad descomunal de dólares, euros o yenes. Quizás no sea más que una comedia normal de chico-conoce-a-chica pero un par de adecuados giros en el guión la alejan de esa típica comedia.
Por primera vez en mucho tiempo, una comedia romántica nos muestra personajes creíbles, personajes de nuestro tiempo, personajes ambiguos, con ideales (o sin ellos), con cosas en las que creer, con sueños, con ganas de vivir y a veces sin ellas… personajes en los que podemos ver reflejados a alguien que se sienta a diario a tomar café con nosotros e incluso a nosotros mismos.
(500) Days of Summer no es una obra maestra pero es una pequeña perla que nos aleja de una cartelera de superhéroes, comedias ñoñas y taquillazos de media asta (por cierto, que ganas tengo de ir al cine…)
Muy resaltable es la banda sonora de la película: The Smith, Carla Bruni, Doves, Wolfmother… pero sobre todo por lo importante que es Sweet Disposition de The Temper Trap ¡que bien queda! Cada vez que esta canción suena en la cinta crea una atmósfera especial, un momento cinematográfico irrepetible.
Por cierto, una recomendación: (500) Days of Summer es mucho más interesante en versión original, así entenderéis el por qué del título y que tras una estación siempre llega otra.
6 seres inteligentes han dicho y tú, ¿a qué esperas?