Control

De la mano del fotógrafo Anton Corbijn nos llega este biopic (vamos, una biografia en forma de película) de Ian Curtis, venerado y aclamado ...

De la mano del fotógrafo Anton Corbijn nos llega este biopic (vamos, una biografia en forma de película) de Ian Curtis, venerado y aclamado vocalista de Joy Division. Para ello Corbijn ha tomado como base la biografía del cantante escrita por su ex-mujer

Corbijn toma como punto de partida 1973 y nos lleva a través de la vida de Curtis hasta 1980 cuando Curtis decidió poner fin a la misma. La verdad es que Corbijn lo tenía fácil: se pudo haber sentado tras la cámara y dedicarse a grabar un enorme videoclip lleno de excesos pero Corbijn no ha optado por el camino fácil, Corbijn ha intentado profundizar en las soledades, en los miedos, en las ensoñaciones... de uno de esos personajes malditos que llegan a leyenda el mismo día que de manera precipitada terminan con su vida (lo hizo Curtis, lo hizo Cobain, lo hizo Morrison...).

Y es que Corbijn nos cuenta todo este desorden en un clima de increíble elegancia (por eso tantas fotos acompañan a esta crítica), con un impecable blanco y negro que refuerza el tono gris de la vida del líder de Joy Division. Corbijn nos guía a través de la vida de Curtis mediante primeros planos de caras desencajadas (habitualmente la de Sam Riley) y pequeñas actuaciones.

Para el papel de Curtis, Corbijn eligió también a otro debutante Sam Riley (de sorprendente parecido físico con el solista); de Sam Riley tan solo queda mencionar su impresionante trabajo ante la cámara: sus miradas de tormento, de desolación, sus bailes... una actuación solo calificable como fascinante que sin duda Riley deja un listón muy alto y se convierte en un actor muy a tener en cuenta en el futuro.

Dicen que Anton Corbijn ha hecho aun más tenebroso el Manchester de los setenta, que deja un pañales al sistema sanitario británico, que pone aun más sombras en la vida de su Curtis de celuloide... no lo sé, no esta en Manchester cuando Curtis recorría sus calles con el pitillo colgado del labio pero sí he leído (y escuchado) de la vida del británico, probablemente se hallan exagerado cosas, es imposible no hacerlo, pero la cinta de Corbijn trasmite ese ambiente de depresión que rondaba constantemente a Curtis (sus letras son fiel reflejo del mismo).

Admito que sí es injusto el trato que reciben los compañeros de Curtis en Joy Division, ya que en los ochenta esos mismos tres chavales crearon New Order (perpetuando así la fortuna de Factory Records, que aquí sale mencionada sesgadamente, pero que fue la creadora del Sonido Manchester) pero no nos olvidemos que estamos aunque una película y no un documental (cosa muy a tener en cuenta).

Control me ha gustado (y mucho) su historia es enérgica y cruel, su estética elegante y exquisita, su banda sonora... bueno, os lo podéis imaginar: Bowie, Bryan Ferry, Iggy Pop, Joy Division... ¿qué no es la vida de Ian Curtis al 100%? Lo acepto pero si es una gran película.

Por cierto, si os interesa el tema del Sonido Manchester y estais pensando en ver Control, os recomiendo que os hagais tambien con 24 Hour Party People, la cual da una visión más amplía de este sonido desde los comienzos de Factory Records hasta el sonido Manchester de los 90.

- Cuéntame sobre Macclesfield - pregunta Annik Horode
- Gris, miserable... He tratado de escapar de allí toda mi vida - responde Curtis con la vista fija en su pared
- ¿Qué hay de tu esposa? - pregunta Annik de nuevo
- Ella ama Macclesfield - contesta Curtis

Y en la habitación se hace el silencio.

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