El Invierno en Berlín (IV)

Tras abandonar Tacheles y caminando por Oranienburger Strasse nos encontramos con el C/O Berlín, donde ese mismo día se inauguraba una expos...

Tras abandonar Tacheles y caminando por Oranienburger Strasse nos encontramos con el C/O Berlín, donde ese mismo día se inauguraba una exposición de la gran fotógrafa Annie Leibovitz. Por las colas que se formaban en la calle supusimos que no quedarían entradas para la misma, realmente una pena, ya que las fotografías de Annie Leibovitz son parte de la historia, ella, Annie, fue la primera mujer en exponer en la Galeria nacional de Retratos de EE.UU. (situada en Washington) y la última persona en sacarle una foto a Jonh Lennon, trabajó para Rolling Stone o Vanity Fair.

Decidimos entonces acercarnos a Hackesche Höfe. Hackesche Höfe es un concepto diferente: debido al estilo de construcción dentro de las cosas se formaron diferentes patios de manzana, con el paso de los años dichos patios necesitaron una rehabilitación, en ese momento surgió la idea de convertirlos en diversos locales comerciales: peluquerías, agencias de publicidad, tiendas de moda, incluso restaurantes o pubs pero todo ello rodeado de apartamentos del siglo pasado. Sin duda se crea una mezcla especial al pasear entre tiendas de diseño rodeado de hermosas galerías.

A finales de febrero en Berlín anochece temprano (a eso de las 18 horas) y por ello gastamos nuestras últimas horas de luz en pasear hasta el Sony Center pasando por Markise Museum (el museo de la ciudad). Sin duda el Sony Center es una de las maravillas arquitectónicas del nuevo Berlín, se encuentra situado en Potsdamer Platz (donde se celebra la Berlinale) una de la zonas comerciales más importantes de toda la capital babara. En el Sony Center brilla con una luz especial la famosa cúpula que cubre la plaza, obra de Helmut Jahn, que reciba la visita de 8 millones de viajeros al año. Parece ser que la crisis también ha afectado a esta colosal obra arquitectónica y que en las últimas fechas Sony ha puesto a la venta este maravilloso edificio, que alberga sus oficinas centrales en Europa.

Durante todo el día la nieve nos había acompañado, no solo había caído en días anteriores, si no que además no había dejado de nevar en todo el día; hasta la hora de la cena, en ese momento y aprovechando la tregua que nos daba el clima decidimos subir a la Torre de Televisión para desde allí poder disfrutar de unas vistas inmejorables de Berlín. Y aunque poco a poco la niebla se fue cerrando en lo alto de la torre os puedo asegurar que las vistas desde la misma son increíbles, solo os puedo recomendar que si en alguna ocasión tenéis la posibilidad de subir a dicho edificio, no la desaprovechéis. Nosotros para terminar la visita decidimos cenar en el restaurante que se encuentra en lo alto de la torre, uno de esos en los que mientras comes el suelo gira y así puedes disfrutar de la ciudad desde todos sus ángulos (hemos calculado que el restaurante tarda entorno a media hora en dar una vuelta sobre sí mismo).

Tras cenar y ya de vuelta al hotel decidimos hacer un alto para tomar un café, momento en que mi acompañante, con muy buen criterio dijo algo como “si estamos en Alemania y es sábado por la noche… ¡yo me tomo una cerveza” y así no entramos a la cafetería de diseño a la que estábamos a punto de entrar, decidimos cruzar la calle y dejarnos llevar a una de esas míticas cervecerías alemanas. ¿La cerveza? Menos amarga que nuestra bien amada Estrella Galicia.

Continuará
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