El mayor problema de Planet 51 es que es un gran producto de animación pero que como película cuenta muy poco, quedándose únicamente en una serie de guiños a cintas que podríamos considerar míticas (véase Cantando Bajo la Lluvia). Y es que a Planet 51 le ha quedado muy próxima Up, la cual realmente sí es una gran película y va más allá de la animación.

Y es que Planet 51 me ha parecido simple, muy simple… sin la tensión de Up, sin la belleza de Wall•E (aunque Robert, el robot de un solo ojo, intenta ser una copia de este entrañable personaje), sin el nivel narrativo de Los Mundos de Coraline… Planet 51 se deja ver, disfrutando con la animación y pensando en los millones de horas que han tenido que pasar ante el ordenador esas personas de las que no se hablan pero que generan uno a uno los millones de gestos de los personajes.

Planet 51 va a lo cómodo, a lo visto mil y una veces, hasta el punto que no aporta nada; una película demasiado aburrida para los adultos y con demasiados guiños cinematográficos para los más pequeños de casa… Previsible y olvidable.