En cada equipo hay doce jugadores
17:26:00
“En cada equipo hay doce jugadores. Si sales un segundo y no lo aprovechas les faltas al respeto”. Tras encontrarme con esta máxima busco quien ha sido el creador; sin parar mi cerebro elabora el retrato del individuo: un jugador superclase con más kilómetros encima que mi maltrecho Opel Astra, con más años de profesional que el dorsal de su camiseta, un crack mediático, un ídolo de masas... Esa es mi imagen mental y de pronto... ¡Oh! Sorpresa, el jugador en cuestión no es más que un júnior de 17 años: Ricky Rubio.
Detenidamente vuelvo a leer la frase y cada vez me sorprende más; en mi cabeza solo se repiten pensamientos e ideas de comparación de este jugador con el resto de su generación, y por supuesto que no en cuanto a juego, en esa faceta, evidentemente está clara la diferencia. Veo como un jugador de 17 años se da cuenta de lo importante que es el equipo; veo como la estrella mediática de la nueva generación de jugadores piensa en el equipo y en el esfuerzo anteponiéndolo a sus números (que por cierto, son increíbles).
Como parte del cuerpo técnico de un júnior, no me queda más remedio de aplaudir estas palabras y envidiar a su entrenador y porque no decirlo, también a sus compañeros. Saber que entre tus filas cuentas con un jugador que tiene claro el concepto de equipo no tiene precio; en la actualidad los jugadores (incluyendo los de base) están obsesionados con las estadísticas, sus padres en las gradas no hacen más que reforzar esa actitud tras las libretas donde apuntan lo que hace bien su pequeño retoño. El equipo de baloncesto ha dejado de existir y cada día se reduce más el juego simplificándolo al juego 1x1, convirtiendo a jugadores en héroes y dejando en un segundo plano al equipo, a jugadores que bloquean el rebote, jugadores que llegan al flash defensivo... pero no son esos jugadores los que buscan los destellos de las cámaras o las marcas de zapatillas, porque el jugador trabajador no vende... Hemos pasado de jugar bien a jugar bonito, pero esto, ya es otro tema.
Pero también me gustaría aprovechar este artículo para avisar de algo que probablemente suceda: Rubio en algún momento, meterá la pata; por favor, seamos adultos y démonos cuenta de que se trata de un niño y que tiene derecho, como todos hemos hecho, a equivocarse; ya que en la sociedad actual primero endiosamos a las personas y más tarde no dedicamos a tirar esos mitos disfrutando de su caída.
Desde este mismo momento, Ricard Rubio deja de ser un niño y se convierte en un hombre, o mejor dicho, se convierte en un autentico caballero. Mucha suerte.
2 seres inteligentes han dicho y tú, ¿a qué esperas?