Un escenario con una mesa, dos sillas y un par de lámparas esperaban la presencia de Luis Pardo quien salĂa protegido bajo un sombrero para enfrentarse al pĂşblico. Debo decir que Luis Parde en persona es mucho menos inquietante que en la pantalla de televisiĂłn. SĂ es cierto que sus uñas continĂşan pintadas de negro y su mirada sigue siendo profunda y directa como la de un depredador que observa a su presa pero su voz calmada infunde tranquilidad y lo hace cercano al espectador que acude a la funciĂłn, pierde asĂ ese aire siniestro que le acompañaba cuando aparecĂa al final de la entrevistas de Santi Millán, además parece estilar la media sonrisa de quien domina la situaciĂłn y controla el juego aunque el mismo no salga bien siempre y es que Pardo patinaba en el primer juego de la noche.
Pero ¿quĂ© nos ofrece En Tu Mente? El nuevo espectáculo del psycomago es una experiencia cargada de psicologĂa, improvisaciĂłn y mentalismo. Un espectáculo en que las que estas tres situaciones van de la mano y se unen además a la telekinesis o al espiritismo para conseguir que el espectador abandone fascinado la sala tras dos horas de sorpresas y desconcierto. SĂ, desconcierto porque nunca sabes que ocurrirá a continuaciĂłn y es que el propio Pardo desconoce la respuesta que dará el espectador a su pregunta y por lo tanto hacia dĂłnde o a quĂ© ritmo avanzará el espectáculo.
Luis Pardo quizás no sea capaz de adivinar la combinaciĂłn ganadora de La Primitiva (sĂ, al dĂa siguiente lo comprobamos) pero sin duda es capaz de entrar en tu mente, de sugestionarte, de convertirse en el polĂgrafo humano, de sorprenderte e incluso de aterrarte. Y es que juega con el espectador como el gato que sabe que por mucho que el ratĂłn lo intente jamás se escapará, que jugará con Ă©l, que vivirá más o menos pero que antes o despuĂ©s ese ratoncito pasará a formar parte de la dieta del gato.
¿En Tu Mente es verdad? ¿Es mentira? ¿Es tan solo sugestiĂłn? Pues no lo sĂ© y lo que es peor no me interesa saber porque lo mejor de espectáculos como En Tu Mente no es entenderlos si no sumergirse en ellos y disfrutarlo.
0 seres inteligentes han dicho y tĂş, ¿a quĂ© esperas?